Soplan aires de cambio en la concejalía de Hacienda y no solo por la sustitución de las personas. Durante 16 años el titular de este departamento ha sido Joaquín Moya-Angeler, que en esta nueva etapa hará de vicepresidente del pleno, y ha dado el relevo a Isabel Martínez Conesa, uno de los fichajes estrella del alcalde Cámara y elevada a superconcejala (llevará Hacienda y Economía y formará parte de la junta de gobierno del Ayuntamiento). El encargo que tiene es claro: Modernizar la administración y «convertir a Murcia en un municipio de primera», y cree que en cuatro años le dará tiempo a hacerlo.

La principal novedad, además de que todos los servicios de Hacienda y Economía estarán en el edificio Moneo (saldrán de este inmueble otros departamentos como Vía Pública, que se trasladarán a la nueva Gerencia), es el giro radical de conceptos que aplicará a la Concejalía. No quiere ni oír hablar de tijeretazo (como el aplicado por la Comunidad), ni de recortes, ni de subida de impuestos ni de que los ciudadanos tengan que apretarse el cinturón. «Vengo a quitar papeles», es la primera frase que espeta cuando se le pregunta acerca de sus proyectos.

«Vamos a impulsar la administración telemática, para que todo se pueda hacer on line y a potenciar el expediente único», resalta la edil, que agrega que «el Ayuntamiento tiene que ser ágil y rápido y una persona que quiera una licencia de apertura no puede estar yendo de un sitio a otro moviendo los papeles. Eso hay que hacerlo desde las distintas áreas. Creo que la estructura de gobierno que ha creado el alcalde es muy acertado para eso».

Sobre si aplicará un tijeretazo y y un recorte a los gastos tanto en el capítulo de personal como de gasto corriente también lo tiene claro. «No va a haber recortes. Va a haber racionalización. El ahorro puede venir de muchos sitios, como de los alquileres, venta de patrimonio, un plan de racionalización del patrimonio e incluso la revisión de los contratos que tiene el Ayuntamiento. Los colegios, por ejemplo, no están siendo utilizados por las tardes», precisa Martínez Conesa, que ha cuantificado en unos 80 millones el ahorro que pueden tener las arcas municipales en un mandato. Además, dice que «vengo a hacer de recaudadora mala» en el sentido de que pondrá cerco a los morosos que deben dinero al Ayuntamiento de manera más efectiva de lo que se hacía hasta ahora.

También se ha fijado otros objetivos, como el pago cuanto antes a los proveedores («no doy fechas para que cobren porque eso solo lo hacen políticos irresponsables y yo soy muy responsable») y arrimar el hombro para frenar el desempleo, que en el municipio, habitado por cerca de 400.000 personas, afecta ya a casi 50.000 vecinos. ¿Cómo? Aporta diversas medidas y las suelta en tropel: viveros de empresas, rebajas selectivas de impuestos, apoyo a las ideas brillantes y a los emprendedores y a la formación.