El padre de Mari Cruz A.V., a quien se juzga estos días en la Audiencia Provincial como presunta inductora del asesinato de su marido, dijo ayer al declarar como testigo que llegó a encargar al otro procesado, autor confeso del crimen del funerario y examante de su hija, Manuel S.J., «que buscara a alguien para matar» a su yerno. Así, el padre de la acusada, Manuel A.I., dice que recortó una fotografía en la que aparecía el matrimonio y entregó al amante de su hija la parte con la imagen del asesinado, José Moreno. «Al día siguiente lo llamé y le dije que era una locura, que se olvidara de lo que habíamos hablado», se apresuró a matizar Manuel A.I., ajeno al revuelo que sus palabras habían causado en la sala.

El magistrado presidente del tribunal, Juan del Olmo, informó a este testigo de que no estaba obligado a declarar y le advirtió de las «consecuencias legales» de hacer manifestaciones autoincriminatorias, pero el padre de Mari Cruz se mostró firme en su declaración y reiteró sus palabras. Aclaró que cuando hizo este encargo al acusado «lo estaba pasando muy mal» porque su hija estaba ingresada tras haber ingerido pastillas para suicidarse, «cansada de malos tratos».

Uno de los letrados de la acusación particular, Melecio Castaño, le preguntó los motivos por los que le entregó la fotografía de José Moreno al acusado y le pidió que buscara a alguien que lo matara, teniendo en cuenta que según este testigo «apenas conocía a Manuel y no sabía que mantenía una relación con mi hija hasta después de que mi yerno falleciera, entonces sí que me enteré». El padre respondió que lo hizo «porque sabía que era amigo de mi hija y de mi nieto» y concluyó que «le hubiera dado la foto a cualquiera».

En la novena sesión del juicio celebrada ayer declaró también la hija del fallecido y de Mari Cruz. La menor, de 14 años, relató los malos tratos de su padre y a su madre y describió la disputa que habían tenido el día del asesinato. La niña negó algunos detalles declarados por el examante de su madre y, ante preguntas de la acusación, no supo concretar qué película iba a ir a ver con su padre el día que lo asesinaron. Esta cuestión tiene que ver con la versión de Mari Cruz, que siempre ha mantenido que el día de los hechos llamó a su marido para preguntarle cuándo llegaría para ir al cine como habían quedado y, al no obtener respuesta, se preocupó y contactó con sus compañeros, que le informaron de la muerte.