El delegado del Gobierno en la Región de Murcia, Rafael González Tovar, ha informado este miércoles que "la Policía Judicial y la Guardia Civil de Murcia y Beniel se han puesto a trabajar" para esclarecer la muerte de la persona que apareció este martes en un contenedor de basuras de la pedanía murciana de El Esparragal.

González Tovar se mostró cauto respecto al avance de esas primeras pesquisas. "No descartamos ninguna línea de investigación en este suceso tan llamativo y tan triste", apuntó y aseguró que se informará puntualmente de los avances que se produzcan.

Un cadáver empaquetado

Los empleados de la planta de reciclaje Elda S.L. ubicada en la carretera de Fortuna, en la pedanía murciana de El Esparragal, hallaron, a primera hora de la mañana, los restos de un hombre empaquetados en un fardo de papel. La bala de cartón donde se encontraba el cadáver ya había sido prensada, por lo que el cuerpo estaba despedazado y repartido entre kilos de cartón. Los bomberos tuvieron que acudir a la fábrica para sacar del fardo los restos humanos, por la dificultad que presentaba la extracción al estar tan compactados tras su paso por la prensadora.

La Policía Judicial de la Guardia Civil acudió al lugar del hallazgo para tomar muestras y tratar de averiguar de dónde venía el contenedor del papel junto al que estaba el hombre muerto. Fuentes cercanas a la empresa indican que no pertenecía a un contenedor de la compañía, sino que había sido trasladado a la planta ya clasificado, y desvelan que podría venir de Murcia o de alguna pedanía procedente de Cespa. Eso explicaría que los empleados descubrieran el cadáver cuando ya estaba seccionado y aplastado, porque si pertenece a un contenedor de residuos mixto, la basura se clasifica por tipos de material pasando por una cinta, y ahí se hubieran percatado del cuerpo humano. Pero al llegar la carga ya seleccionada como papel y cartón, se pasó directamente a la prensadora. Cada contenedor que llega a la empresa se registra, incluyendo el lugar de dónde viene y su peso, por lo que los gerentes de la empresa han facilitado estos datos a los investigadores, que tratan de averiguar la identidad del hombre encontrado.

Según fuentes cercanas al caso, el cuerpo encontrado es el de un hombre «mayor», de unos cincuenta años, y aunque su ropa y calzado parecían los de un trabajador -llevaba un pantalón azul oscuro similar al que visten los mecánicos y unas botas negras con una suela ancha de plástico-, estas fuentes aseguran que los primeros indicios tras la inspección ocular apuntan a que se trata de un indigente. Una de las hipótesis barajada por los agentes es que, como ha ocurrido recientemente en varios puntos de España, su muerte podría deberse al aplastamiento, al ser recogido el contenedor cuando el fallecido se encontraba en su interior resguardándose del frío. Los operarios que trabajan en la recogida de residuos por toda España ya se han encontrado varios casos de personas que se refugian en estos depósitos de papel porque, en teoría, no almacenan productos orgánicos, que huelen mal al descomponerse.

Por su parte, la técnico de seguridad de la empresa mostró su escepticismo ante la posibilidad de que la prensadora descuartizara el cuerpo, y argumenta que «la máquina aplasta, pero no corta», y mantiene que el hombre pudo llegar ya seccionado al contenedor, lo que señalaría un fallecimiento previo, que en ese caso sí podría tratarse de una muerte violenta.

La autopsia y los resultados de las pruebas de la Policía Científica determinarán la causa exacta de la muerte, y desvelarán si, como parece, es un accidente, o si detrás de este suceso hay un crimen.

El dueño de la empresa declinó hacer declaraciones ayer «por el secreto de sumario, para no perjudicar las investigaciones que está llevando a cabo la Guardia Civil».