El atracador de Cajamar de la pedanía de Los Dolores, A.A.M.C., pasó ayer a disposición judicial tras haber sido detenido el pasado martes por la Policía en su localidad natal, Beniaján. El Juzgado de Instrucción número 8 de Murcia decretó prisión sin fianza pero comunicada para A.A.M.C., al que se le acusa de robo con violencia y tenencia ilícita de armas. Los agentes pudieron dar con el autor del robo gracias a que un familiar de éste lo delató.

Casualmente, el pariente del ladrón pasaba por la calle Mayor de Los Dolores el 2 de noviembre, cuando tuvo lugar el atraco, y lo vio entrar a Cajamar, aunque no cruzaron palabra porque éste iba muy rápido. Ese día, los vecinos de Beniaján le contaron lo sucedido a este familiar y él sospechó de su pariente, «porque tenía problemas con las drogas y últimamente se le veía mal», afirman fuentes cercanas al acusado. Así, llamó a la Policía para trasladarle sus presagios, y los agentes iniciaron una investigación para dar con el paradero de A.A.M.C., que había abandonado su casa de Beniaján un par de días después del atraco. Supuestamente, el ladrón había permanecido en un centro de desintoxicación de drogas en Santa Fe (Granada), para solucionar su adicción a los estupefacientes. El abogado de la defensa aportó ayer al titular del juzgado de Instrucción número 8 que investiga la causa, David Castillejos, un certificado que acredita la estancia del acusado en este centro médico.

Los agentes siguieron la pista del sospechoso y el pasado martes localizaron al atracador en Beniaján, adonde había acudido desde Granada buscando un escondite más seguro.

El pasado 2 de noviembre «un hombre corpulento, de un metro noventa», como lo describieron los testigos del robo, entró a Cajamar de la pedanía de Los Dolores con un gorro de lana, gafas de sol y una escopeta de cañón recortado y, apuntando a la cajera con el arma, le gritó que le diera todo el dinero. La joven sólo pudo entregarle 1.800 euros y, ante esto, el atracador se enfadó y encañonó a los clientes que se encontraban en la sucursal. Otro empleado le dio los 5.000 euros que tenía en la mesa y que un cliente acababa de ingresar y el atracador salió de Cajamar rápidamente y huyó en un vehículo con los 7.000 euros de botín.

El atracador reconoció ayer los hechos ante el juez y «está dispuesto a devolver las cantidades de dinero que sustrajo en el banco», apuntan fuentes cercanas a la investigación, que afirman que «el detenido no tenía antecedentes penales y sufre graves problemas de adicción a las drogas, que le hicieron comportarse de este modo».