Las calles del barrio de San Andrés se están convirtiendo en un auténtico bazar ilegal los domingos por la mañana, según denunciaron los vecinos y pudo comprobar ayer este periódico. Los alrededores de la estación de autobuses se llenan de ‘puestos’ de venta no regulados que ofrecen productos, en su mayoría, usados o de dudosa procedencia.

Este comercio, que se realiza principalmente entre ciudadanos magrebíes, es ilegal, ya que los vendedores no tienen licencia, además de ubicarse en zonas donde impiden el paso y el descanso de los vecinos. Varios residentes afirman que lo peor es cuando estos vendedores se van, pues muchos no recogen la mercancía. "Además de lo desagradable que resulta para los vecinos, imagina qué cara debe poner el turista que venga a visitar el Museo Salzillo y vea las calles de Murcia llenas de porquería", contó la vecina de San Andrés Lola Monteagudo.

Juan Valverde, presidente de la comunidad de vecinos de unos de los edificio más afectados por este comercio, asegura que ha denunciado el hecho en varias ocasiones, pero nadie le ha hecho caso. Valverde envió recientemente una carta al alcalde de Murcia, pero aún no ha obtenido respuesta.

Pero no son sólo los vecinos los perjudicados. Decenas de vendedores con licencia se colocan los domingos en la plaza que hay tras la iglesia de San Andrés para formar el mercadillo de antigüedades, pero los vendedores ilegales terminan infiltrándose entre sus puntos de venta. Del mismo modo, los anticuarios aseguran que cuando la policía acude, tiene que decomisar objetos e incluso detener a alguno de estos vendedores.