La imagen de la Virgen de los Peligros podría estar fuera de su hornacina, sobre el Puente Viejo de Murcia, durante seis meses, pues ése es el tiempo que puede durar su restauración después de que sufriera el impacto de un martillazo lanzado por un gamberro durante la madrugada del domingo.

La figura ya está en el Centro Regional de Restauración, donde será tratada de los daños que produjo en la talla de madera policromada este acto vandálico, que se saldó con la rotura del cristal de la hornacina en la que se encontraba la figura y en la que ahora se ha colocado una ilustración.

Esta gamberrada propició desperfectos tales como que se desconchara la ceja derecha de la Virgen de los Peligros y algunos otros roces de menor envergadura en partes de su cuerpo y también en la imagen del niño que portaba en brazos, consecuencia de la caída de cristales.

El director del Centro de Restauración, Francisco López Soldevila, explicó que "se van a evaluar los daños y a continuación se redactará un informe en el que se propondrá el proceso de intervención adecuada. Éste lo remitiremos en un par de semanas a la dirección general de Bellas Artes y Bienes Culturales de la Comunidad Autónoma que, conjuntamente con el ayuntamiento de Murcia, decidirá dónde y quién restaura la obra".

Esta actuación se realizará en el Centro Regional por parte del equipo que trabaja allí y comenzará con la elaboración de un informe fotográfico que muestre el estado de la pieza, resaltando al detalle los daños que se aprecian en ella, los motivados por el incidente del domingo y otros como la fractura del dedo gordo del pie derecho del niño que ya tenía.

A continuación se realizarán radiografías para ver la estructura interna de la escultura y endoscopias que determinarán el estado real de la madera y los tejidos que porta la imagen.

Dados estos pasos, se procederá a la restauración en sí, que se prolongará de dos a seis meses, según el nivel de intervención, indicó López Soldevila.

La Virgen de los Peligros, obra anónima del siglo XVIII, ya fue restaurada hace unos 50 años por el escultor Francisco Liza.