Mirar a los que están peor y responder, ahora que tienen tiempo, a la llamada de la solidaridad. Eso es lo que están haciendo muchos murcianos que han perdido su trabajo y han decidido invertir parte de su jornada en colaborar con algunas de las muchas ONG que tienen sede en la Región. El paro 'fabrica' voluntarios y prueba de ello es que en muchas organizaciones las solicitudes para colaborar con ellas se han disparado. Así lo asegura Roberto Barceló, presidente de la comisión permanente de la Plataforma de Promoción del Voluntariado en la Región de Murcia -en la que están integradas 54 ONG-, quien estima que se ha duplicado el número de murcianos que se están ofreciendo para trabajar como voluntarios.
Los voluntarios que 'salen' de las listas del paro "siempre han tenido esta inquietud y al perder su trabajo disponen de más tiempo para llevarla a cabo", señala Roberto Barceló, quien apunta que, "aunque todos comparte el espíritu altruista, las motivaciones son distintas". Así, señala que hay quien elige esta opción "incluso por recomendación del psicólogo, porque no hay nada peor en estas situaciones que quedarse sin hacer nada, ya que la inactividad puede generar estados de ansiedad o estrés". "Otros -añade- ven en el voluntariado una posible salida laboral cuando se normalice la situación".
Los 'voluntarios del Inem' suelen elegir para colaborar aquellas ONG que trabajan con "los sectores más vulnerables y desfavorecidos, como discapacitados, refugiados, infancia...". Ademas, el portavoz de la Plataforma de Promoción del Voluntariado en la Región de Murcia señala que "ha cambiado el perfil del solicitante, sobre todo en lo que a la edad se refiere". En este sentido, recuerda que hasta hace poco el grueso de voluntarios de la Región -que son entre 25.000 y 30.000- "tenía entre 18 y 30 años, mientras que ahora hay una horquilla muy amplia, que se ha ampliado hasta los 55 años".
Labor no remunerada
Un ejemplo de cómo el desempleo está propiciando que aumente el número de voluntarios se puede encontrar en la Cruz Roja de Murcia, donde en pocos meses se ha triplicado el número de solicitudes para formar parte de la institución como voluntarios con respecto al pasado 2008. Pero no todas terminan formalizándose una vez que al solicitante se le comunica que la labor voluntaria nunca es remunerada y que las actividades se realizan en unos horarios fijos (algunos no pueden comprometerse si están pendientes de que les surja alguna oferta de empleo). Aún así, el número de voluntarios en la Cruz Roja se ha incrementado en 417 personas en lo que va de semestre, pasando de 3.460 a 3.877.
Fuentes de esta ONG informan de que la gran mayoría de estos nuevos voluntarios solicitan realizar su actividad en horario laboral, argumentando que lo que buscan es hacer algo, sentirse útiles, y no estar en casa todo el tiempo, pese a que, desde Cruz Roja, se les aconseja que realicen actividades voluntarias en un horario que puedan compatibilizar con un eventual trabajo remunerado. La misma situación se puede encontrar en la Fundación Jesús Abandonado de Murcia, donde colaboran más de un centenar de murcianos. Choni Máiquez, la encargada del voluntariado en esta organización, señala que en lo que va de año se han producido 35 nuevas incorporaciones -la mayoría desempleados-, cuando lo normal en otros años es que fuera menos de la mitad. Comenta, además, que ahora se presentan voluntarios de todas las edades, cuando hasta hace poco eran sobre todo jubilados y amas de casa.
Choni Máiquez cuenta que a las personas que se presentan como voluntarios se les hace una entrevista personal y se les informa de las actividades en el albergue, el comedor social y la residencia, así como de los horarios, para que puedan elegir lo que más les interesa. Además, Jesús Abandonado también organiza talleres ocupacionales para los residentes de larga duración (en lo que también colaboran voluntarios) y celebra varas jornadas de formación al año. Los parados que deciden invertir su tiempo en ayudar a los demás "se sienten mejor y más útiles", asegura Choni Máiquez.
