Llevan toda una vida dedicada a sacrificar animales. Desde hace tres casi tres décadas, los hermanos Ríos Iniesta (Pedro, de 57 años; Juan José, de 40 y Joaquín, con 40 también) se encargan del trabajo diario, limpieza y reparto de carne en el matadero municipal de Jumilla.

Pedro Ríos Iniesta, el mayor de los hermanos, cogió el testigo de su padre Antonio, que falleció, y más tarde se han sumado Juan José y Joaquín. Según cuenta Pedro «era un niño cuando compartía trabajos en el matadero situado junto al colegio público Soler Bans, que hoy en día es el actual Miguel Hernández. En la década de los años 90 el antiguo matadero cerró sus puertas al estar cerca del casco urbano y hubo que buscar una nueva ubicación en el antiguo mercado de ganado localizado en el polígono del Cerro del Castillo.

El matadero municipal de Jumilla está gestionado por la una comunidad de bienes de la que forman parte dieciocho carniceros de la localidad. Francisco González Valero es su actual presidente y tiene palabras de agradecimiento a los hermanos Ríos Iniesta: «Son grandes profesionales y unos buenos trabajadores que cuentan con el apoyo de todo el colectivo de carniceros de la localidad», según el presidente.

Los tres hermanos matarifes se encargan diariamente de las tareas cotidianas del matadero y del reparto anual de unos 9.000 animales que son sacrificados para consumo humano.

Hace unos años el matadero de Jumilla llegó a trabajar con carne de avestruz, aunque actualmente esta actividad ya no se realiza.

Los hijos de los trabajadores del matadero municipal de Jumilla quieren seguir los pasos de sus progenitores y la nueva generación está garantizada para los próximos años.