Un interno de Campos del Río, cuya identidad y edad no han sido facilitadas, golpeó hoy a dos funcionarios de prisiones y mandó a uno al hospital, indicaron fuentes cercanas.

El suceso tenía lugar sobre las once de la mañana. El preso, que estaba en aislamiento, solicitó la presencia del médico. Después de que le viese, los funcionarios mandaron al reo al patio. Entonces él "la emprendió a golpes brutales contra los dos funcionarios", explicaron testigos. Un tercer trabajador tuvo que mediar y separar a agresor y víctimas.

Uno de los empleados públicos sufrió lesiones en un ojo, en el brazo y en el codo. Está en La Vega, en Murcia. El otro tiene contusiones y hematomas.

El preso está "inadaptado" y en primer grado, detallan. Ahora lo previsto es que se le abra un procedimiento sancionador y seguramente lo cambien de cárcel.

Desde la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) destacaron que "el protocolo de agresiones es malísimo" y ha de ser "efectivo y real". El citado colectivo insistió en que "falta personal", algo que llevan tiempo reivindicando.

El suceso se enmarca en un clima de protestas por toda España por las condiciones laborales de los funcionarios de prisiones. Este mismo miércoles, mas de un centenar de funcionarios de prisiones se han concentrado a las puertas de la carcel de Castellón para exigir al Gobierno la equiparacion salarial y la creación de puestos de trabajo que, aseguran los convocantes, existe en los centros penitenciarios de la provincia. El acto, que por momentos ha cortado los accesos al recinto, se ha desarrollado entre un amplio dispositivo policial.

El pasado día 9, los funcionarios de prisiones de la Región de Murcia se concentraban en las inmediaciones del centro penitenciario Murcia II ubicado en Campos del Río para reclamar igualdad salarial equiparado con otras prisiones del país. "Mismo trabajo, mismo salario" reivindicaban para los tres centros regionales con funcionariado penitenciario que actualmente soporta una carencia importante de personal situando a un funcionario para el control y vigilancia de un centenar de reclusos llegando incluso a ejercer actividades para la que no están preparados como el control de medicamentos, entre otros.