Los alcaldes socialistas de Cieza, Caravaca de la Cruz y Calasparra, junto al vicesecretario general del PSRM y los diputados Jesús Navarro y Rafael González Tovar, se reunieron en Cieza junto a otros dirigentes socialistas para organizar una ofensiva contra el fracking. Aunque la Asamblea Regional ya se pronunció por unanimidad en contra por considerar que esta técnica de perforación del subsuelo por medio de inyección de agua a alta presión es altamente perjudicial y contaminante, los socialistas creen que las prospecciones siguen adelante y que el Ministerio podría estar consintiendo que los proyectos tomen forma. «Consideramos que esta práctica tiene muchos perjuicios y, por eso vamos a seguir presentando iniciativas en la Asamblea Regional y encabezaremos un frente serio con los alcaldes y con todo el PSOE porque no nos fiamos del Gobierno regional», puntualizó Joaquín López.

Por su parte, el diputado Jesús Navarro aseguró que «existe un proyecto que afecta directamente a la Vega Alta y a algunos municipios del Noroeste y del Altiplano que nos preocupa, puesto que solo con estos estudios ya se pueden realizar ensayos». Asimismo añadió que el fracking «es una amenaza muy seria para la agricultura, y en especial para la de Cieza, ya que las roturaciones podrían contaminar los acuíferos y, en concreto, el Sinclinal de Calasparra, al que los agricultores echan mano en épocas de sequía como la actual».

El alcalde de Cieza, Pascual Lucas, remarcó la importancia de la reunión «por lo que significa para el municipio y porque el PSOE siempre se ha situado en contra de estas técnicas de extracción de gas». El fracking consiste en la perforación de un pozo vertical u horizontal, entubado y cementado, a más de 2.500 metros de profundidad, con el objetivo de generar uno o varios canales de elevada permeabilidad a través de la inyección de agua a alta presión, de modo que supere la resistencia de la roca y abra una fractura controlada en el fondo del pozo, en la sección deseada de la formación contenedora del hidrocarburo. Esta agua a presión es mezclada con productos químicos, con el objetivo de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo, y que son típicamente menores de 1 mm, y favorecer así su salida hacia la superficie.

Gran rechazo social

La fractura hidráulica ha provocado un amplio rechazo en la Región. Numerosas organizaciones sociales, partidos políticos, y la totalidad de los ayuntamientos de las comarcas afectadas, vienen pidiendo la suspensión de los permisos de prospección que se extienden por el norte y noroeste de la Región. Un rechazo al que también se sumó, en octubre de 2015, la Asamblea Regional declarando la Región libre de fracking. Ecologistas en Acción, la primera entidad que alertó de la posibilidad de que esta técnica llegara a la Región, recuerda que la fractura hidráulica es un sistema «muy agresivo, y que su desarrollo supone asumir graves riesgos para la salud y el medio ambiente».