Es falso que la mantuviese encerrada. De hecho, Mª José tenía llave y podía entrar y salir de la casa cuando gustase. Es lo que le contaba el jueves a la juez Jesús B. M., el hombre acusado de encerrar a su esposa y a su hija en su domicilio de Alcantarilla.

Jesús B. M. está en libertad con cargos y regresó a su casa, en una calle en la que los vecinos lo definen como «hermético» o directamente «loco». La titular del Juzgado de Violencia contra la Mujer Número 1 de Murcia solicitaba «un informe forense integral» cuyos resultados arrojasen luz al caso. Mientras, la defensa de Jesús pide que también se lleve a cabo un informe psiquiátrico de su esposa, Mª José, ya que, detalla, la señora tiene su estado cognitivo deteriorado. Además, apuntó el acusado ante la juez, la mujer tiene una minusvalía reconocida del 65%, por la que cobra una pensión del Instituto Murciano de Acción Social.

Fuentes cercanas al caso indicaron que, cuando fueron sacadas de la casa y llevadas al hospital, las víctimas (madre e hija de 66 y 29 años) no presentaban heridas ni rastros de haber sufrido violencia física.

José María de Carlos, abogado del acusado, puso el acento en el importante deterioro físico que sufren los tres miembros de la familia como consecuencia, en su opinión, de la desatención que han tenido durante años desde su entorno familiar, vecinal y asistencial. Insistió en la necesidad de que se efectúen informes médicos completos porque el «deterioro físico evidente en los tres miembros de la familia podría dar lugar también a un deterioro mental o cognitivo».

La juez, que tomó declaración al detenido, a la denunciante y a miembros de su entorno, entre ellos un hermano, un sobrino y personal de Cáritas, ordenó la puesta en libertad de Jesús y dictó una orden de protección para su mujer y su hija.