Entre Roncesvalles en Navarra y Caravaca de la Cruz hay 870 kilómetros, Miguel Ángel Martínez ha invertido 33 días en recorrer andando la distancia que une el inició del Camino de Santiago francés con la ciudad Santa del Noroeste murciano.

¿Cómo nació la idea de recorrer el camino más largo de la Vera Cruz?

Ya la tenía en mente desde hace tiempo, he realizado prácticamente todos los caminos de la Vera Cruz en los últimos años, y desde hace tiempo tenía en la mente asumir este reto que era recorrer los casi 900 kilómetros que hay desde Roncesvalles hasta Caravaca tras más de un mes caminando.

Supongo que climatológicamente habrá tenido de todo en este mes...

He tenido de todo durante todos estos días, nieve, agua, calor, frío y crecidas de ríos. Ha sido en realidad como me imaginaba que sería, porque estas hazañas dan gusto luego recordarlas con sus dificultades, siempre es más entretenido cuando tiene su parte de aventura, que tenga su picante.

¿Cómo planificó esta ruta?

Con Natursport, una editorial de naturaleza de Murcia, que editó una guía hace unos años que incluye unos planos individuales por cada etapa y es lo que he manejado durante todo el viaje. El trayecto está señalizado desde Puente la Reina, que es donde se bifurca el camino de Santiago con el de la Vera Cruz hacia el Sur. Desde ese punto está señalizado como Camino de la Vera Cruz hasta llegar a la ciudad. Pensaba que iba a tener bastante más problemas con la señalización, pero la he encontrado en líneas generales muy bien.

¿Cómo ha sido el recibimiento por los pueblos por donde ha pasado?

En algunos sitios ha sido muy normalito, porque este camino al no ser como el Camino de Santiago que recorren cientos de miles de personas cada año, aún no tiene la infraestructura que tiene el Camino Francés sobre todo. En esta ocasión no he podido dormir en albergues, porque aún no está esa logística montada. En ese aspecto es más frío porque eres más un turista que un peregrino, tenía que dormir en pensiones o en hoteles. En cambio en otros pueblos generalmente más pequeños sí que se notaba mucho el calor de la gente en el recibimiento.

33 días andando en soledad también dan para pensar...

Y esa era también la idea, por mi carácter y mi forma de ser me interesaba que este camino fuera un camino solitario. En los próximos días, semanas y meses veré qué conclusión puedo sacar de ella. Me ha venido bastante bien esta soledad, de algún modo quería experimentar lo que vivían los peregrinos que antaño venían a Caravaca cruzando sierras, valles, ciudades? En definitiva, cientos de kilómetros solos, y yo quería experimentar eso, regresar al espíritu de ese peregrino más antiguo, tal y como yo lo concibo.

Entró por Moratalla, cuando llega a lo alto del Caracolico, ya se ve la fachada de la Basílica, ¿qué es lo que uno piensa?

Es una sensación muy rara, llevaba varios días en los que de algún modo ya iba un poco como un autómata, de tantos días seguidos sin parar de caminar por las mañanas hasta el mediodía o primera hora de la tarde, se convierte en un bucle en el que de algún modo uno queda colmado de sensaciones y sentimientos. Ahora estoy en un proceso en el que estoy asimilando toda la experiencia. También es verdad que ya había peregrinado en varias ocasiones a Caravaca y eso también influye.

¿Toda esta aventura se puede ver en las redes sociales?

Tanto en Facebook como en Twitter en el perfil 'Caminar para contarlo' he ido contando la experiencia y debo decir que con bastante buena acogida. Aunque este camino físicamente lo he hecho solo, siempre he estado acompañado. En redes sociales es mucha la gente que te alienta, te empuja y te acompaña. Además en algunos lugares como Moratalla, he podido conocer a esa gente que te da ánimos durante las diferentes etapas del camino.