El grupo municipal Ciudadanos en el municipio de Águilas señala en una nota de prensa que recibió a finales de enero numerosas quejas de vecinos y comerciantes que ejercen su actividad tanto en el interior como en las inmediaciones de la Plaza de Abastos. Los afectados se quejaban, en su mayor parte, de la improvisación en las reformas en el interior.

Entre las quejas que estos vecinos formularon, según Cs, estaban si habría separación entre la zona de ocio y de puestos. También expresaron sus lamentos por la eliminación de estacionamientos, adueñándose uno o dos locales de ese espacio. La formación naranja denunciaba así «la falta de transparencia y de comunicación del concejal responsable y la Alcaldesa que, a otros vecinos con reformas menos agresivas los ha reunido para explicarles el proyecto, pero no a los de la Plaza de Abastos».

«Un mes después de su apertura, los problemas, en lugar de resolverse se estancan y ganan peso provocando las críticas de vecinos y comerciantes. Según las quejas recibidas, es casi una constante estar viendo camiones y furgonetas de reparto estacionando en la calle Balart, ocupando hasta tres estacionamientos con el perjuicio que supone al uso de esos espacios. También es frecuente observar, remolques que se dejan estacionados obstaculizando el área de carga y descarga o pasos de peatones, furgonetas que se suben a la zona de las mesas e incluso, se observan ciclomotores estacionados en el interior de la Plaza de Abastos, dónde luego se sentarán personas a comer. Un caos de imágenes que también verán los numerosos turistas que nos visitan llevándose una muy pobre imagen de la gestión municipal», según la nota de prensa del partido político.

Desde Ciudadanos reiteran que las reformas no eran las adecuadas: «Cuando más necesitan nuestros comerciantes el apoyo del Ayuntamiento y medidas que incentiven el consumo y faciliten el acceso a las zonas de comercios, más les perjudicamos con proyectos de muy dudosa eficacia. También se anulan los pocos estacionamientos que disponen y condenamos a camiones y furgonetas de reparto a tener que infringir las normas de tráfico para poder descargar en un lugar que, antes de ser reformado, y durante muchos años pudo apañarse bien sin causar molestias a vecinos ni perjudicar a comercios adyacentes».