La Asociación de Vecinos de la barriada lorquina de San Pedro ha convocado para esta tarde a las siete una asamblea general extraordinaria para decidir si aceptan, o no, la propuesta realizada ayer por el alcalde, Fulgencio Gil, acerca del local que podrán utilizar como alternativa al que hay destinado como futuro albergue de transeúntes.

La reunión se celebrará en la puerta del espacio donde los vecinos consideran que sigue siendo su local social. De hecho, aún continúan colgadas allí las pancartas y crespones negros para dar a entender que ese es el sitio que prefieren. En la reunión de ayer con el alcalde, a la que además de los representantes de los vecinos asistió el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Lorca y su Comarca, Pedro García, entidad que les apoya, el alcalde les ofreció un local totalmente reformado situado en la calle Marmolico. El edificio cuenta con una superficie de 210 metros cuadrados distribuidos en tres plantas con ascensor. Las pretensiones del alcalde son que los vecinos puedan realizar allí todas las actividades que consideren oportunas.

Pese a ello deberá ser la asamblea de hoy la que decida. Según el presidente de la Asociación de Vecinos del barrio de San Pedro, Miguel Ángel Amores, «si por mí fuera seguiríamos reivindicando el local que siempre nos perteneció, aunque reconozco que la última palabra la tiene la asamblea». Amores reconoce que no conoce as instalaciones que les ha ofrecido el alcalde y espera que en la reunión de hoy los vecinos decidan lo que prefieren.

En una nota hecha pública y firmada por la secretaria de la asociación, Juani Sánchez, se dice que «ahora mismo estamos acongojados y no podemos hablar porque no ha sido posible lo que queríamos», añadiendo que «el alcalde y sus concejales dicen que el albergue de transeúntes se va a instalar en el antiguo local social de San Pedro». Los vecinos proponen que dicho albergue se traslade hasta la calle Marmolico, donde el alcalde les ofrece que vaya el local social.

Lo más justo, según Sánchez, «es convocar una asamblea y que los vecinos de forma libre y democrática decidan si aceptan la propuesta del alcalde o quieren seguir luchando por conseguir el que siempre ha sido nuestro local social desde el año 1979 y que han decidido quitarnos sin contar con las personas que vivimos en el barrio de San Pedro».