Cuatro municipios murcianos se han quedado sin oficinas bancarias para prestar servicios financieros a la ciudadanía. En alguno de los casos como Albudeite sí cuentan desde hace unos pocos meses con un cajero automático para realizar algunos servicios, pero ocasionando molestias para los vecinos teniendo que desplazarse hasta otras localidades cercanas para tramitar cualquier aspecto relacionado con los bancos o cajas generando un 'apagón financiero' al que ayuntamientos y los propios afectados solicitan medidas para reestablecer dichos servicios.

En este mismo sentido el grupo parlamentario socialista presentaba una moción en la Asamblea a través del diputado Rafael González Tovar donde solicitaba que se abra un proceso de negociación con las entidades financieras con el fin de buscar una fórmula legal que permita reanudar los servicios en aquellos municipios afectados por el cierre de oficinas bancarias.

Junto a Albudeite, Ulea, Villanueva del Río Segura y Ojós, todos municipios de menos de 5.000 habitantes se han quedado sin ninguna sucursal de las entidades donde los vecinos tenían sus cuentas bancarias. Además, un importante número de pedanías, más de una veintena, algunas de ellas pertenecientes a localidades como Lorca, Murcia o Cartagena, han visto cómo progresivamente en los últimos años han ido cerrando sus oficinas de bancos o cajas.

Colas interminables

En las últimas semanas, debido principalmente por la reciente fusión y debido a las fiestas de Semana Santa, se han producido importantes colas en la tramitación de servicios de Bankia, un hecho que se ha venido produciendo en prácticamente todas las entidades que ésta mantiene en la Región a lo que hay que sumar el cierre de algunas sucursales como es el caso de Mula, que ha pasado de tener dos oficinas a reunir todos los servicios en una única caja, hecho éste último que también sucedía hace un tiempo con Cajamar, que se veía obligada al cierre de una de sus dos oficinas trasladando todos los servicios a una de las oficinas con las molestias correspondientes para los usuarios.

Caravaca, Cehegín, Bullas, Mula o incluso Alcantarilla habrían registrado problemas de largas esperas en las últimas semanas con Bankia llegando hasta las tres horas de espera en algunos casos como se producía en Bullas hace unas semanas donde Policía Local, incluso, tuvo que mediar ante los clientes por el malestar generalizado debido a las interminables colas.

En estos casos concretos, desde Bankia confirman que se produjeron esperas debido a la reciente fusión de BMN generadas, en parte, por los cambios tecnológicos que ralentizaban las operaciones, así como por las fechas festivas «en las que todos los años se registra un repunte muy destacado de movimientos». Así explicaban que hasta las tres zonas BMN en el Levante se han desplazado hasta 700 trabajadores de Bankia para agilizar la integración y las modificaciones operativas entre los antiguos trabajadores y las oficinas de BMN ahora pertenecientes a Bankia. «Esperamos que en un breve espacio de tiempo todo vuelva a la normalidad, de hecho, las distintas zonas territoriales confirman que así está siendo, y los clientes puedan beneficiarse de todos los servicios que presta esta entidad», explicaban.

Personas de avanzada edad

Unido al problema de saturación de cajas y bancos y la falta de ellos en algunas poblaciones de la Región, también se agrava el hecho de que una importante tasa de vecinos de estas poblaciones son personas de avanzada edad, sin control de los nuevos servicios online o de cajeros automáticos. Este 'apagón financiero', según destacaba González Tovar en la moción presentada, ha llevado a situar el número de sucursales bancarias a los niveles de 1982 ocasionando un retroceso de 36 años en el sistema financiero de atención directa a los usuarios.