Dicen quienes le conocen que adoraba a su madre. De ahí que no se expliquen que pudiera arremeter precisamente contra ella, ni qué razones tendría para hacerlo. Iván G. P., el presunto parricida de Las Torres de Cotillas, es, aseguran sus vecinos y allegados, un joven normal, aunque tuviera "sus problemillas", motivados, dicen, por las "malas compañías".

Malas compañías que, insisten sus allegados, le habrían llevado a coquetear con las drogas. En la casa de la calle Asturias, donde el Martes Santo se encontraban los cadáveres, los investigadores hallaron también varias plantas de marihuana. "Presumiblemente, para su venta o su consumo", dicen fuentes próximas al caso. "No era un secreto", comentan en la calle.

Aunque el chico no tiene antecedentes por narcotráfico, sí es un conocido de la Policía por otras cosas. Hace menos de un mes, los municipales de Las Torres denunciaban a Iván. El motivo: estuvo a punto de estrellar su coche contra un vehículo patrulla. Lo hizo, cuentan fuentes policiales, después de saltarse un semáforo en rojo. "Al final no lo detuvimos", cuentan unos municipales.

El chico tenía antecedentes también "de relación tormentosa": la que mantuvo con su ya exnovia. Denuncias cruzadas por, supuestamente, agredirse, y un episodio en el que ella, presuntamente, intentó atropellarle a él con un coche. De hehco, "lo atropelló, porque le quebró la pierna. Hace un año o por ahí», rememoraba un cliente de la panadería a la que el joven llegó, gritando, antes de ir al cuartel.

Buena persona, buen amigo, aficionado al gimnasio (especialmente al boxeo) y a estar con sus amigos. Amigos que no se creen que Iván sea un asesino. Para quienes le conocían menos, era simplemente "el hermano del Bebé". Y es que 'Bebé' era como llamaban al difunto Miguel Ángel, el hijo pequeño de la familia.

En sus redes sociales, Iván se muestra como un joven alegre que cuelga fotos de sus escapadas a Granada, Valencia, Hong Kong o los Emiratos Árabes ("una puta aventura de las gordas", dice sobre este viaje en un vídeo que ayer rulaba por los teléfonos de muchos jóvenes en Las Torres). "No es normal irse un fin de semana a Dubái, a ver con qué dinero", comentaban en su calle. Aunque, incluso los que cuestionan su modo de vida, añaden luego que era "un chaval educado" y que "no se metía con nadie".

O comparte cómo es su siesta con su perro, Enzo, un dálmata que en diciembre se convirtió en "el mejor regalo de Navidad", en palabras del joven. Este Miércoles Santo, poco después del crimen, en su Facebook, abierto, aparecían comentarios de desconocidos que eran muy directos: le llamaban 'asesino'.

Después de dormir una noche en los calabozos de Las Torres de Cotillas, el chico fue trasladado a la Comandancia de Murcia. Allí declarará, presumiblemente este Jueves Santo, ante la Guardia Civil. Y mañana, Viernes Santo, lo hará en el Juzgado Número Dos de Molina de Segura, que se encarga del caso.

El Ayuntamiento de Las Torres de Cotillas celebraba este Miércoles Santo, en la plaza Adolfo Suárez, un minuto de silencio en recuerdo a Antonia y Miguel Ángel.

La alcaldesa, Isabel María Zapata, que presidió el acto, dijjo que el pueblo "está consternado por este triste suceso". "Queremos hacerle llegar a su entorno, familiares, amigos y vecinos nuestro dolor y pesar por esta pérdida", resaltó.

El Consistorio torreño acordó en un Pleno extraordinario decretar como días de luto oficial (Miércoles y Jueves Santo). Las banderas de todos los edificios municipales ondean a media asta. Están suspendidos todos los actos oficiales programados por el Consistorio.