Cuando resuenan los últimos tambores por las calles de Mula, algunos tamboristas regresan a sus lugares de origen y las 'XXXIII Jornadas Nacionales de Exaltación del Tambor y el Bombo' llegan a su fin. Las últimas horas acontecidas en Mula han sido un cúmulo de sentimientos y diversión marcados bajo una única bandera, el toque del tambor y el bombo en un fin de semana de hermanamiento entre los 22 pueblos con tradición del toque del tambor que, anualmente, llegados desde cinco comunidades autónomas de todo el país se reúnen en un mismo espacio para tocar al unísono las tradiciones más arraigadas en torno a estos instrumentos.

La vistosidad de las túnicas y trajes de los tamboristas, los tambores y bombos (algunos de ellos de grandes dimensiones) se agolpaban por las estrechas calles del centro histórico de la localidad para demostrar, una edición más, que el espíritu tamborista sigue vivo.

Si el viernes por la tarde empezaban a sonar los tambores, en el marco de la recepción de los pueblos participantes, con la presencia de autoridades regionales y municipales, daban paso a la recreación de la Noche de los Tambores, uno de los festejos más arraigados en la localidad y que muleños y visitantes engrandecieron en una noche mágica que se prolongaba sin fin con los incesantes toques.

La plaza y las calles aledañas se colapsaron ante la afluencia masiva de personas para participar en la recreación de la tamborada muleña. Uno de los momentos más destacados fueron los minutos previos a la llegada de la medianoche y la llamada a la tamborada cuando desde la plaza del Ayuntamiento y hasta el último de los tambores de las calles próximas -que visualizaban la plaza desde grandes pantallas- iban haciendo callar sus instrumentos hasta que el silencio previo a la rompida de tambores hizo completar el entusiasmo de los anfitriones y visitantes.

La jornada de ayer estuvo cargada de eventos propios de las jornadas. Por la mañana, todas las delegaciones de los pueblos llegadas hasta Mula participaban en un gran desfile por las calles de la localidad que culminaba en la plaza del Ayuntamiento.

A mediodía se celebraba desde Mula el sorteo de Lotería Nacional, un sorteo que ha llevado el nombre de Mula y de su tamborada por todos los rincones del país desde hace varias semanas, una gran oportunidad por dar a conocer esta ciudad y sus tradiciones a través de las impresiones de los boletos que, con una ilustración del cartel de las jornadas obras del artista local, Nono García, se agotaron en la localidad días antes del sorteo.

Tras una comida de hermandad, por la tarde, de nuevo en la plaza, un acto de exaltación de las tamboradas de todos los pueblos, donde se hacía latente la grandiosidad de esta fiesta del tambor por su diversidad y la grandeza de lo que representa.