Un hombre de 35 años, que responde a las iniciales M. L. G., se sentará el próximo 9 de marzo en el banquillo de la Audiencia Provincial acusado de intentar asesinar a su madre en 2016.

El suceso que ahora llega a juicio tuvo lugar en noviembre de hace dos años, en el domicilio que el procesado compartía con su madre en Molina de Segura.

Según se lee en la calificación fiscal, esa noche la mujer se acostó pronto porque estaba resfriada. Media hora después de la medianoche, continúa el Ministerio Público, el sospechoso entró en la habitación de su progenitora «y, mientras ella dormía, y tras coger un cenicero de cristal del comedor, la golpeó en la cabeza, con ánimo de acabar con su vida, no lográndolo por causas independientes a su voluntad».

La Fiscalía resalta que la víctima se despertó y su hijo «siguió golpeándola en el rostro y en la cabeza». Como vio que no la mataba, optó que «cogerla del cuello e intentar estrangularla».

En un momento dado, la señora consiguió empujar a su agresor con las piernas, «de tal forma que pudo quitárselo de encima». La víctima logró salir de la casa y pidió ayuda a sus vecinos.

En cuanto al presunto agresor, la Fiscalía detalla que, después de que su madre escapase, él se tiró por la ventana «con ánimo de acabar con su propia vida». Sin embargo, cayó sobre un Seat Ibiza, al que causó numerosos daños. El dueño del coche reclama al acusado los 3.185 euros que costó arreglar el vehículo. En cuanto a la víctima, no reclama nada.

El Instituto de Medicina Legal apunta que, en el momento de los hechos, el hombre tenía una «conducta anómala» debido al consumo de cocaína.

La Fiscalía solicita para M. L. G. siete años de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentaiva. Asimismo, pide que, una vez que salga de prisión, no pueda acercarse a su madre durante un periodo de cinco años más.

El Ministerio Público también quiere que el sospechoso se someta a «tratamiento médico externo» para controlar que ha dejado las drogas.