El antiguo Pósito de Panaderos de Lorca, un edificio del siglo XVI donde, en otros tiempos, se almacenaba la carne, harina y trigo y que al mismo tiempo se utilizaba como la despensa del Concejo, abrirá sus puertas a mediados de año como la Casa del Artesano, contribuyendo así a la potenciación y promoción de la artesanía regional. El consejero de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, Javier Celdrán, junto al alcalde, Fulgencio Gil, visitaron ayer las instalaciones en las que se van a invertir más de 300.000 euros.

Además de los trabajos de recuperación del edificio, se han llevado a cabo a lo largo de los últimos meses, actuaciones arqueológicas que garantizan la conservación de los restos medievales sobre los que se construyó el edificio y que han sacado a la luz parte del torreón islámico del siglo XII y una escalera de caracol del siglo XVIII que permanecía oculta tras un muro. Durante la visita de ayer, el consejero recordó que «el edificio presentaba importantes daños tras los terremotos de 2011 y su restauración permitirá su futura adecuación para un nuevo uso como Casa del Artesano, contribuyendo así a la promoción de la artesanía regional».

El Pósito era el almacén de distribución del cereal que abastecía de pan a la población hasta mediados del siglo XX, recaudaba impuestos y realizaba préstamos. Se trata de un edificio de tres plantas construido en el siglo XVI sobre el adarve de las murallas medievales y que fue objeto de una intensa reconstrucción en el siglo XVIII. El edificio que también acogió hasta hace unos años el archivo municipal será la sede de la nueva Casa del Artesano a partir del próximo verano, según Gil.

El estudio arqueológico que se ha realizado en el edificio del Pósito «está permitiendo ahondar en el origen y evolución del edificio y de las estructuras de fortificación de la ciudad medieval», según el consejero.

Durante los trabajos arqueológicos se han ido eliminando adosados y revestimientos de cemento, lo que deja a la vista las estructuras originales, testigos de su evolución constructiva y del cambio de la ciudad. Al integrarse en nuevas edificaciones, las murallas medievales fueron revestidas con diferentes materiales, manteniéndose en el Pósito ocultas por una pared de ladrillos.