Cieza sufrió durante la madrugada de ayer la primera helada de importancia en lo que llevamos de año, que podría haber causado daños en las variedades extratempranas de melocotón, nectarina y paraguayos. Con dos y tres grados bajo cero, los parajes más gélidos, situados en su mayoría cerca del río, las ramblas y en las hondonadas donde se estanca el frío nocturno por el efecto de la inversión térmica, los agricultores se mantuvieron en pie de guerra durante toda la madrugada utilizando los métodos habituales para evitar daños mayores.

La quema de alpacas de paja o botes de parafina, además del riego por aspersión, fueron las armas empleadas por los productores de fruta de hueso en lugares como Entreramblas, el Horno, Cabezo Redondo, la Parra y el Acho, zonas donde las pérdidas podrían ser cuantiosas. Pero lo peor de esta situación lo van a sufrir los jornaleros que ya habían comenzado a trabajar en labores de 'aclareo' en flor, alrededor de 1.500 personas que, desde ayer, han dejado de realizar peonadas. Para el presidente de Coag Iniciativa Rural en la Vega Alta, Manuel Martínez, el sector «no tiene más remedio que prescindir de momento de estas personas porque no nos podemos arriesgar a que siga helando las próximas noches, por lo que preferimos preservar las flores en los árboles».

Para Coag, «estamos ya ante la primera helada seria que podría haber causado daños importantes, aunque deberemos dejar pasar algunos días para saber las consecuencias que, sin duda, va a tener», afirma Martínez.

También se ha pronunciado al respecto el secretario general en la Región de la Unión de Pequeños Agricultores, Antonio Moreno, que ha matizado que muchos agricultores «se encuentran totalmente indefensos ante las heladas, sobre todo los que dependen directamente de las aguas del Trasvase, ya que no tienen el agua suficiente para utilizar los pajaritos (riego por aspersión), que hoy por hoy es el método más efectivo para luchar contra las heladas». Moreno también lamenta los obstáculos que algunas veces ponen las propias administraciones a la hora de poder quemar alpacas de paja y otros materiales para la producción de humo, unos métodos que hacen que la temperatura suba entre uno y dos grados.

Efecto iglú y lluvia artificial

Efecto iglú y lluvia artificialHace ya años que la instalación del riego por aspersión se extendió por los campos de Cieza para generar lluvia artificial que, con temperaturas tan bajas, se congela y envuelve a la flor en un caparazón de hielo y la mantiene sin descender de los cero grados. Es lo que los agricultores llaman 'pajaritos', y es a lo que pudo acudir este viernes Pascual Morcillo, un productor que ha salvado sus melocotones de su finca del paraje de Las Ramblas gracias a que posee agua procedente de una balsa particular».

Manuel Martínez señala que el sector agrario en la comarca de Cieza se encuentra, literalmente, «abocado al abismo». Y es que, según incide, «nuestros políticos no se han dado cuenta aún de lo que va a suponer para esta comarca y la Región entera si, finalmente, desaparece el sector». En cuanto a la lucha contra las heladas, insiste en que los métodos a los que tienen que recurrir son excesivamente caros. «Cada alpaca de paja o bote de parafina cuesta un euro, y en cada tahúlla necesitamos por los menos 10», asegura.