La nevada de la noche del domingo y la madrugada de ayer ha sido la de mayor intensidad en lo que llevamos de invierno y una de las mayores de la década. Y es que dejó 15 centímetros de espesor en las pedanías que rodean al macizo de Revolcadores (Moratalla), un espesor que se ve multiplicado en las proximidades a algunos puntos más altos como el pico de los Obispos. Las máquinas quitanieves estuvieron trabajando durante toda la jornada en la zona para despejar los accesos a los núcleos diseminados. El último tramo en ser abierto fue el vial que conecta la RM-730 con Inazares, que volvió a quedarse incomunicada debido a la intensa nevada que hubo.

Los habitantes de la pedanías altas volvieron a sufrir la crudeza de la nieve, ayer en cuanto las carreteras estuvieron limpias los vendedores ambulantes fueron pasando por la zona aprovecharon el momento para reponer de víveres a los escasos habitantes de esos remotos lugares. El panadero de Cañada de la Cruz pasa los martes, jueves y sábados por Inazares, le gusta repartir de puerta en puerta, porque sabe que hay gente mayor que apenas puede salir de sus casas, ayer le fue imposible, la nieve anegaba las calles de la pequeña población, pese a que lo intentó, finalmente los bomberos tuvieron que remolcarlo hasta la salida del pueblo. Pruden, propietario del restaurante El Nogal, fue el encargado de recoger los pedidos. El panadero conoce a todos sus clientes y sus gustos, va diciendo cada hogaza de pan a quien corresponde, mientras que el propietario del bar anoche meticulosamente en la bolsa el nombre de cada uno.

Es el día a día, ya olvidado o casi inexistente para las personas que viven en la gran ciudad. Mientras tanto en el bar se habla de que hay mucha nieve, pero que esta «no moja como las anteriores». Otro de los temas del día, es que quieren que los ayuntamientos dejen un quitanieves que se pueda adaptar a un tractor para usarlo es caso de quedarse aislados por la nieve, métodos de autoprotección para quienes han sido los encargados de cuidar nuestros parajes y ahora muchas veces se ven en el más absoluto de los olvidos.