La floración ya ha comenzado en Cieza y la mayor parte de la Vega Alta, pero los agricultores han denunciado que, literalmente, se están quedando sin agua para poder regar los frutales. Anuncian que de seguir las cosas así, miles de personas de la Vega Alta y muchos pueblos de alrededor «se podrían quedar sin empleo». Lo dijo ayer a pie de campo Manuel Martínez, presidente de Coag Iniciativa Rural en la comarca, quien, junto a otros agricultores de la zona, visitó algunas tierras que ya han comenzado a florecer.

Son zonas en las que existen plantaciones extra-tempranas de frutales como melocotón y nectarina y que, «seguramente y contando con que no venga una helada o una granizada (además de depender de si disponen de agua de pozos o no para ser regados) puedan salir medianamente adelante por su precocidad, ya que durante los meses de primavera, con menos calor, se precisan menos riegos», explica el dirigente agrario de la comarca.

«Para del sector sería una ruina si no viene agua, pero para la gente que trabaja en el campo durante la temporada de aclareo, recolección y manipulación sería aún peor, puesto que estamos hablando de alrededor de 20.000 personas las que solo en la Vega Alta del Segura se quedarían sin empleo. Estamos hablando de muchas peonadas y sueldos destinados a una gran mayoría de gente sin holgura económica que dejarían de ser percibidos», añade Martínez.

El presidente de la Comunidad de Regantes del Trasvase de Calasparra y Cieza (Zona1), Miguel Martínez Alcázar, habla ya de una situación «dramática», pues, según desvela, «nos han restringido el 40 por ciento el agua que podemos extraer de los pocos pozos que hay abiertos en la zona».

Variedades extra-tempranas

Martínez coincide al explicar que las variedades extra-tempranas de frutales «ya han comenzado a florecer y estamos muy preocupados, porque aquí nadie habla de agua, solo se habla de la situación que hay en Cataluña, y vemos que nuestros políticos, sean del partido que sean y estén en la administración que estén, no están por la labor de echarnos una mano».

Primavera y verano

Para el regante, «ya es hora de echarse a la calle de manera seria. No podemos aguantar más esta situación. Estamos ante algo que está comenzando y eso que estamos en pleno invierno, no quiero pensar lo que puede pasar si seguimos así de cara a la primavera y el verano, cuando nuestras balsas se vayan quedando sin agua y haya que regar todos los días», reseña muy preocupado Miguel Martínez.