Caravaca apagó ayer su luz Jubilar con la clausura de su Año Jubilar; doce meses en los que la población del Noroeste murciano ha acogido a los cientos de miles de peregrinos que han llegado hasta la Basílica en busca del encuentro con la Cruz de Cristo. Fue en 1998 cuando el hoy San Juan Pablo II decretaba el Año Jubilar In Perpetuum, convirtiendo a Caravaca en la quinta Ciudad Santa del Mundo. En esta nueva etapa la ciudad ha vivido la celebración de tres años jubilares.

La ceremonia de clausura estuvo presidida por el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, quien durante su homilía realizó un minucioso recorrido teológico por el momento de la crucifixión de Cristo poniendo de manifiesto que la cruz es «un manantial de fortaleza, de reconciliación con Dios y de paz entre los hombres», puntualizando sobre el leño de Cristo que se venera en Caravaca, ya que se trata de «una cruz gloriosa, árbol de vida eterna». También recordó la cruz como símbolo cristiano y su importancia en la celebración de la eucaristía.

Desde primera hora de la mañana cientos de personas llegaban hasta la Basílica de la Vera Cruz para asistir a la ceremonia de clausura. Este año jubilar deja muchos testimonios cargados de sentimientos a los pies del Leño de Cristo, como el de la primera peregrina en llegar a la Basílica. Tiene 72 años y recorre todos los días un trayecto de hora y media andando para acudir a misa de ocho; emocionada, explica que «la santísima Cruz me ayuda en todos los momentos difíciles que tengo en la vida, ella me da esa fuerza tan grande para tirar hacía adelante».

La hermana Mayor, Elisa María Giménez-Girón, quiso agradecer el trabajo que durante este año tan importante para la Cofradía han realizado tanto instituciones como empresas y voluntarios.

Junto a los peregrinos y a los voluntarios que han ayudado a la realización de este Año Jubilar estuvieron en el acto el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, y el arzobispo emérito de Burgos, Francisco Gil Hellín, junto a una veintena de sacerdotes y los seminaristas de los tres seminarios de la Región (mayor de San Fulgencio, Menor de San José y Redemptoris Mater).

100.000 euros en donaciones

El dinero recaudado en las colectas de este Año Jubilar, irá destinado al Proyecto Hombre en Caravaca y al Óbolo de San Pedro de Roma. El Obispo murciano adelantó durante la celebración que la cantidad rondará los 100.000 euros. «Unas limosnas que serán destinadas a cuidar y liberar especialmente a los más jóvenes de todas las adicciones que les esclavizan», concretando sobre el dinero que se enviará a Roma y se entregará al Santo Padre en una audiencia pública que tendrá lugar el próximo 14 de febrero.