Los vecinos de la pedanía molinense de El Fenazar llevan desde hace un mes preocupados por la posibilidad de que el aire que respiren dentro de poco huela a residuos y descomposición. Cerca de sus casas, a dos kilómetros, dos proyectos se están llevando a cabo, en paralelo, relacionados con la construcción de varios depósitos para tratamiento de residuos. Por un lado, una entidad ha solicitado a la Comunidad la licencia de actividad para utilizar un solar como depósito de residuos de construcción y gestión de podas, «dicho proyecto está en fase de tramitación y desconocemos si lo van a conceder», según explica a este periódico el concejal de Hacienda del Ayuntamiento de Molina de Segura, José de Haro.

El segundo proyecto, y el que más preocupa a los vecinos, es la instalación de varias balsas de lixiviado para el tratamiento de «residuos no peligrosos», especifica el edil. Este proyecto ha obtenido ya la licencia de actividad por parte de la Comunidad y su evaluación de impacto medioambiental es favorable, pero, según subraya De Haro, infringió la ley al comenzar las obras sin tener licencia para ello, pues la concesión de esta es competencia del Ayuntamiento molinense. «La empresa nos presentó una declaración responsable, pero no es válido porque no se trata de una obra menor, tienen que solicitar una licencia de obras». La empresa comenzó con la excavación de las balsas hasta que el pasado 14 de diciembre se les notificó desde el Consistorio la paralización de las obras. «Se les sancionará si se corrobora que han comenzado con las instalaciones».

Reunión vecinal

La zona donde están proyectados estos depósitos son terrenos ‘no urbanizables’, por lo que son aptos para acogerlos, explica De Haro. Sin embargo, en el pueblo, los vecinos «no quieren olores», resalta Francisco Piñero, pedáneo de El Fenazar: «Queremos que trasladen estos depósitos a otro lado o más lejos del núcleo de población, la preocupación aquí es importante». Anoche, tanto la alcaldesa de Molina, Esther Clavero, como miembros de la corporación municipal se reunieron con los vecinos de la pedanía para explicarles la situación de ambos proyectos y garantizarles «la seguridad a todos ellos, porque entendemos que pueda haber cierta alarma», explica el concejal.