Una treintena de niños y niñas afectados por el accidente nuclear de Chernobyl, que se produjo hace más de 30 años, pasarán por primera vez unas vacaciones de Navidad en Lorca y otros puntos de la Región, gracias a la gestión realizada por la Asociación de Familias Solidarias con el Pueblo Bielorruso, que tiene su sede en Lorca. Concretamente, los menores provienen de la capital bielorrusa de Minsk, ubicada a alrededor de 30 kilómetros de la ciudad ucraniana de Chernobyl.

La llegada está prevista para este miércoles por la tarde, al centro cultural de la ciudad donde serán distribuidos entre las familias acogedoras. El regreso a su país está fijado para el 20 de enero próximo. Los niños que forman esta expedición extraordinaria vienen a conocer por primera vez las navidades en España. La mayoría tienen edades comprendidas entre los 7 y 9 años.

Durante el mes que van a permanecer con familias de la región de Murcia, la citada asociación les ha preparado un amplio programa de actividades. El día 22 en el centro cultural actuará una coral infantil con la colaboración de la escuela de música Albanta. También se llevará a cabo una actuación a cargo de la escuela de baile de Marta Gutiérrez, donde habrá interpretación de villancicos por parte de Raquel Baenas.

La Asociación de Familias Solidarias con el Pueblo Bielorruso aprovechará la ocasión para mostrar a los asistentes un vídeo rodado el pasado mes de septiembre en territorio de aquel país hasta donde se desplazaron miembros de la junta directiva para conocer de cerca la realidad que viven.

Según el presidente de la asociación, Pedro Javier Guevara, «nos hemos desplazado hasta allí para conocer a las familias y al niño en su hábitat, habiendo llegado hasta una zona próxima a la frontera con Chernobyl, a escasos 20 kilómetros del lugar donde ocurrió la catástrofe».

Según explica pedro Javier Guevara, «el viaje ha servido de mucho habiendo quedado impresionados con el contraste que existe entre la pobreza que sufren y la alegría con la que viven». Asimismo, han tenido ocasión asimismo de visitar un hospital oncológico en la ciudad de Minsk donde hay niños que sufren cáncer a causa de las consecuencias del accidente nuclear.