"Un euro de gajos de naranja". Así es como muchos niños y no tan niños han pedido esta golosina durante años.
Sin embargo, Fini hizo creer a muchos que estaban equivocados. A través de Twitter, la empresa dio a entender que en realidad estas chucherías no eran gajos de naranja, sino cruasanes.
Al día después, resolvieron la duda. Todo sigue igual.