«Los trabajos de restauración de la iglesia de Santa María de Lorca estarán acabados para el segundo trimestre del año que viene», según anunció ayer el concejal de Cultura, Agustín Llamas, en presencia del alcalde, Fulgencio Gil, que no pudo dar la noticia por encontrarse afónico. El templo, ubicado en los barrios altos de la ciudad, albergará una exposición del patrimonio cultural que se ha restaurado tras los terremotos de 2011, aunque posteriormente se destinará también a otros fines culturales.

Santa María es uno de los tres templos católicos, junto a los de San Juan y San Pedro, en estado ruinoso, situados en los barrios altos de la ciudad, en las estribaciones de la sierra sobre la que se levanta el Castillo. El proyecto contempla la rehabilitación integral del inmueble para dotar a la ciudad de un equipamiento cultural, actuando en dos espacios, como son la recuperación material y formal del edificio de la antigua iglesia y la rehabilitación del espacio público circundante mediante la creación de una plaza pública de elevada calidad material y urbana.

El Ministerio de Fomento, a través de la Dirección General de Arquitectura, Vivienda y Suelo, es el encargado de ejecutar las obras, cuya finalización está prevista para el segundo trimestre de 2018. Se trata de una actuación que alcanza una inversión de 1,2 millones de euros financiados íntegramente por el Ministerio de Fomento dentro del Programa de Rehabilitación Arquitectónica.

El templo construido entre los siglos XVI y XVIII tiene planta de cruz latina dotada de pilares con collarines renacentistas. La iglesia está vinculada al estilo gótico catalán y de ella todavía se conservan los pilares de la bóveda de crucería del altar mayor y algunos arcos apuntados.

Las labores en ejecución se centran actualmente en atender las actuaciones más técnicas requeridas para la recuperación de elementos que presentan mayor complejidad, siendo el ejemplo más destacado y notorio la colocación de una techumbre que proteja el interior del templo de las inclemencias del tiempo habida cuenta de que el templo fue objeto de saqueo e incendio durante la Guerra Civil, a consecuencia de lo cual terminó perdiendo la forma definitiva del techo, retablo y numerosos elementos estructurales. Hasta el momento se ha llevado a cabo también el desmontaje de la torre del campanario, que ha sido dotada con nuevos elementos que le otorgan una mayor seguridad estructural.