La comunidad de regantes del Trasvase de Calasparra y Cieza, propietaria de los pozos de sequía de La Mulata, se ha sublevado contra la decisión de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) que le obliga a verter al río el 40% de los caudales que se extraigan de los sondeos que tienen autorizados. El presidente de la Federación de Cooperativas Agrarias (Fecoam), Santiago Martínez, que ayer asistió en el palacio de San Esteban, sede de la Presidencia del Gobierno regional, a la firma del Pacto por la Economía Social, anunció la convocatoria de una asamblea extraordinaria de los regantes para el lunes, en la que se debatirá la situación. Santiago Martínez advirtió de que los usuarios tendrán que sufragar la factura eléctrica de la extracción, pero solo podrán utilizar el 60% de los caudales. Por su parte, el presidente de la comunidad de regantes, Miguel Martínez Alcázar, calificó la decisión de «atraco a mano armada».

El Ministerio de Medio Ambiente ha autorizado a la comunidad de Calasparra y Cieza la extracción de tres hectómetros cúbicos anuales de unos pozos de su propiedad (denominados Mulata I, Mulata II y Mulata III) con el fin de que puedan paliar la grave situación provocada por la suspensión de los trasvases del Tajo. Los regantes podrán utilizar 1,8 hectómetros cúbicos, mientras que 1,2 deberán destinarse a «aumentar el caudal circulante por el río». La CHS se encargará de controlar el volumen de caudales extraídos.

El presidente de Fecoam considera que esta distribución del agua resulta «inviable», dado que «el 60% se lo queda la comunidad y el resto lo tiene que echar al río». Santiago Martínez destacó que los regantes tendrían que sufragar los costes eléctricos de la extracción y se preguntó si «hemos perdido el norte». Recordó que «durante la sequía de los años 1992, 1993 y 1994 se les exigió a los regantes que aportaran al río el 15% de los caudales. Esto lo hacía viable, pero con un 40% es inviable. Una comunidad de regantes no puede pagar el cien por cien de la luz y echar el 40% de los caudales al río, porque les sale el agua carísima». Añadió que el presidente de la comunidad de Calasparra y Cieza no tiene intención de abrir los pozos antes de explicar las condiciones de la CHS.

Por su parte, Miguel Martínez Alcázar indicó que confiaban en poder contar con «esos tres hectómetros cúbicos que íbamos a sacar de los tres pozos de nuestra propiedad. Nunca nos hemos negado a revertir en el río Segura nuestros excedentes, pero es que con 1,8 hectómetros no tenemos agua ni para empezar ». Precisó que los árboles necesitan un riego mínimo y que acabarán muriéndose si no disponen del agua imprescindible. «Parece que vez de ayudarnos lo que hacen es ponernos cada vez más trabas», se lamentó.