Un gerente de una correduría de seguros de Jumilla, de 38 años, ha sido detenido por la Guardia Civil como presunto autor de delito continuado de estafa, llegando a engañar a unas cincuenta personas con la contratación de pólizas de seguro para vehículos, informó hoy este cuerpo.

El valor de lo estafado asciende a más de 10.000 euros y la investigación continúa abierta por lo que no se descarta que existan más perjudicados.

La investigación se inició cuando un ciudadano denunció ante la Guardia Civil un supuesto fraude en la contratación de la póliza de seguro de su vehículo a través de una correduría situada en el municipio de Jumilla.

La alarma saltó cuando el perjudicado fue informado por una patrulla del Cuerpo de que carecía del seguro obligatorio de su vehículo, momento en que averiguó que la póliza que había contratado no había sido dada de alta por la compañía aseguradora por falta de pago.

A través de esta primera víctima, los investigadores averiguaron que la contratación del seguro se realizó por mediación de un agente de seguros, que contaba con una oficina en el municipio, desde donde gestionaba la contratación de pólizas con una conocida y prestigiosa compañía aseguradora.

La Guardia Civil contactó con la citada mercantil, que colaboró en la identificación de otras supuestas víctimas, con la aportación de cerca de 600 expedientes que fueron analizados por la Benemérita, lo que permitió detectar medio centenar de clientes que, a través de la correduría de Jumilla investigada, habían contratado pólizas que nunca fueron dadas de alta.

El 'modus operandi' empleado por el detenido consistía en la selección de clientes, principalmente ciudadanos extranjeros con escasos recursos económicos, a los que ofrecía jugosas pólizas.

Algunos de los estafados se encontraban en la comarca realizando trabajos agrícolas, como temporeros, por lo que su localización, dispersa por el territorio nacional, ha dificultado la investigación.

Al parecer, el ahora detenido cobraba en metálico para evitar ingresos bancarios que dieran fe de la transacción económica.

El cliente obtenía el contrato de seguro, pero el dinero no llegaba a la compañía aseguradora, por lo que, pasado el correspondiente periodo de cortesía, era dado de baja.

Los perjudicados, tras abonar la cuota correspondiente, se mantenían en la creencia de estar en posesión de un seguro en vigor hasta que, por cualquier necesidad sobrevenida, al presentar partes por accidente o reclamar otros servicios garantizados en el contrato, averiguaban que su vehículo no estaba asegurado.

Según se desprende de la investigación, el ahora detenido llegó a asegurar un vehículo cuando su propietario reclamó una incidencia para evitar que detectara el engaño.

Se estima que el perjuicio económico causado a las víctimas, tanto por el abono de pólizas fraudulentas como por los gastos derivados del auxilio prestado por servicios de grúa, multas por ausencia del seguro obligatorio, etc, asciende a más de 10.000 euros. Además y debido a este engaño, la imagen corporativa de la compañía aseguradora se ha visto perjudicada.

El detenido y las diligencias instruidas han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Jumilla.