El sacerdote nigeriano Kenneth Chukwuka Iloabuchi, que desarrolla su labor pastoral en varias parroquias lorquinas, busca la colaboración voluntaria de médicos y enfermeros murcianos que quieran prestar sus servicios en hospitales de la iglesia católica de su país. Al margen de ello, los hospitales Virgen de la Arrixaca, en Murcia, y Rafael Méndez, de Lorca, han aportado material sanitario para los centros hospitalarios que el sacerdote ha enviado ya a Nigeria.

Además, se ha constituido un grupo de personas, de Murcia y Lorca, principalmente, que están dispuestas a seguir trabajando por la causa, recogiendo material y medicamentos con destino a un hospital de la iglesia católica situado al suroeste de Nigeria. Se trata del hospital San Joseph Adazi Nnukwu. En ese centro sanitario, según el padre Kenneth, «son tratadas personas que carecen de recursos económicos, al no existir un sistema de seguridad social como el nuestro». El sacerdote ha estado recientemente en su país, constatando personalmente las necesidades que existen y comprobando, al mismo tiempo, que el material enviado desde Murcia ha llegado a su destino y se está haciendo buen uso del mismo.

Según el padre Kenneth, «lo que hacen obispos y sacerdotes nigerianos es trasladar hasta este hospital a enfermos que viven al norte del país donde actúa el grupo terrorista Boko Haram, con el fin de que puedan recibir el tratamiento que necesitan». No obstante, según reconoce, en dicho centro sanitario «hay personas que llevan allí hasta dos años ingresados y que no pueden abandonarlo hasta que no paguen la factura cuyo coste -añade-, en uno de los casos que he podido constatar, está en torno a los 2.000 euros».

Llamamiento a la solidaridad

Dadas las necesidades materiales y humanas que existen en este tipo de hospitales es por lo que el padre Kenneth hace un llamamiento a la solidaridad de enfermeros y médicos de la Región para que, de forma voluntaria, y aprovechando sus periodos de vacaciones puedan desplazarse hasta allí para contribuir con su granito de arena. Solamente tendrían que abonar el dinero del viaje. El resto correría por cuenta del hospital.

Pero las necesidades no están solamente en los hospitales, según el sacerdote, sino también en las calles «donde hay gente que vive sin techo», con lo cual cualquier tipo de ayuda es siempre bien recibida. En ese sentido, el grupo de trabajo que se ha constituido trabaja para conseguir remediar la situación.

La misión pastoral que desempeña el padre Kenneth se centra en las parroquias del Sagrado Corazón de Jesús de La Hoya y de Santa Gertrudis en Tercia y Marchena atendiendo al mismo tiempo las ermitas de Aguaderas e Hinojar lo mismo que el hospital Rafael Méndez como capellán. Reconoce que esa es la misión que le ha encargado el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca, pero al mismo tiempo trabaja con ahínco para poder ayudar a sus compatriotas con los que mantiene una estrecha relación en la capital de la Región.

El Grupo Solidario Camino a la Esperanza que tiene su sede en la Hoya también está colaborando en la causa. Junto con el Ayuntamiento de Lorca, han hecho posible el envío de material sanitario y medicamentos a Nigeria.

Superviviente de una patera

El padre Kenneth, antes de ser sacerdote, sufrió en sus propias carnes el problema de la migración. Fue uno de esos jóvenes africanos que un día dejaron su país en busca de un mundo mejor. Tras ser engañado por las mafias, apaleado, encarcelado y maltratado, consiguió subir a una patera rumbo al «paraíso», en este caso, a España. Durante el trayecto vio morir ahogados a todas las personas que viajaban en la patera que iba junto a la suya. Fue entonces cuando se encomendó a Dios y le dijo que si le salvaba de aquella situación, le dedicaría el resto de su vida. Aunque sus intenciones eran las de llegar a Londres para estudiar la carrera de abogado, el destino quiso que se quedase en Murcia, donde ingresó en el seminario y hoy es uno de los pastores de la Iglesia en la Diócesis de Cartagena.