La buena nueva les sobrevino paseando por las calles de Puerto de Mazarrón, el pueblo en el que Ouafe Mahjoub y Mohamed El Fahmi conviven como pareja desde hace seis años. Eran la siete de la tarde cuando, de repente, ella sintió un fuerte dolor en la barriga y supo al instante que el bebé que llevaba en su vientre ya no iba a esperar más.

La pareja llamó al número del 112, que envió una ambulancia del Servicio de Urgencias de Atención Primaria a la calle Hernán Cortés, la zona por la que estaban caminando Ouafe y Mohamed. Los sanitarios atendieron a la paciente in situ y rápidamente la subieron a la ambulancia para trasladarla al hospital Santa Lucía, situado en Cartagena. Pero no dio tiempo a llegar al paritorio del centro sanitario: el parto sobrevino en la propia ambulancia, justo en el transcurso del traslado al hospital.

Ouafe, de 27 años y ama de casa, había dado a luz una niña de ojos negros, Rim, que pesó casi cuatro kilos («3,95 kilos», precisa su padre) y que nació en la camilla de una ambulancia, atendida por los facultativos del Servicio de Urgencias de Mazarrón, tal y como señalaron fuentes del Centro de Coordinación de Emergencias en un comunicado de prensa.

«Estamos muy felices», contaba exultante el padre a este periódico el día después del nacimiento de su hija, mientras su mujer, la feliz madre, descansaba en una de las habitaciones de la sección de Maternidad del Santa Lucía.

Ouafe salía de cuentas precisamente este mes de octubre, pero todo ocurrió de imprevisto, explicaba Mohamed. El alumbramiento duró, desde que rompió aguas hasta que nació la niña, algo una hora y media, y no hubo complicaciones en el parto. Todo salió «perfecto»: tanto la madre como la hija se encuentran en buen estado salud, indicaron desde el Centro de Emergencias.

«Ouafe está bien, aunque aún tiene un poco de dolor en la barriga», detallaba Mohamed. «Está feliz», repetía este hombre, que se define como «marinero», ya que trabaja como pescador en el Puerto de Mazarrón.

Rim es la segunda hija de la familia, hermana de El Fahmi Rim, que tiene cuatro años y nació en la Región. «No sé cuándo, pero cuando la madre se recupere, haremos una fiesta para celebrarlo», prometía sonriente Mohamed.