El Ayuntamiento de Ricote quiere recuperar más de 600.000 metros cuadrados que, según el investigador y profesor de la Universidad de Murcia José María García Avilés, autor del libro Los deslindes entre Abarán, Blanca y Ricote en los siglos XVIII-XX. Disputas territoriales en el Valle de Ricote, quedaron «mal delimitados tras la desaparición de la Orden de Santiago, suprimida por la Primera República en 1873». A pesar de ello, Avilés, actual concejal de Cultura del Ayuntamiento ricoteño, sostiene que ya desde 1729 Ricote viene reclamando estos terrenos.

El Ayuntamiento ya dio un primer paso en el mes de julio de este mismo año, aprobando una moción del propio equipo de Gobierno que salió adelante gracias al PP y al PSOE, ya que la Agrupación de Electores por Ricote -AIRE- se abstuvo. La moción acordó la creación de una comisión que preside el regidor, Celedonio Moreno, y que está integrada por los concejales José María García Avilés (PSOE), José Victorio Miñano (PP) y Rafael Guillamón (PP). También se sumó el secretario, Teodoro García, y varios técnicos municipales entendidos en esta materia. La misión de este grupo de personas es la de instar al Ayuntamiento de Blanca a que, a su vez, nombre a su propia comitiva para comenzar con las reuniones.

Según explica José García Avilés, con esta petición se pretende proceder «a la fijación del término municipal que no existe a día de hoy, tomando como referencia varios mojones que, aunque no están señalizados, se cree que pueden situarse en El Solvente, El Alto Palomo y la Umbría del Solvente. Un cuarto mojón habría desaparecido por las crecidas del río».

Competencia de la Comunidad

El primer encuentro se iba a producir hoy miércoles, pero por motivos de agenda, la alcaldesa de Blanca, Esther Hortelano, trasladó a su homólogo de Ricote la imposibilidad de poder celebrarse dicha reunión. En cualquier caso, la regidora explicó este martes que «Blanca tiene aprobado su Plan General de Ordenación Urbana desde este pasado año 2011 con el visto bueno de la Consejería de Ordenación del Territorio de la Región de Murcia», por lo que, para la alcaldesa, «sin ningún tipo de acritud ni crear malos entendidos, este sería un asunto que competería principalmente a la administración regional».

Desde el año 1729

José María García Avilés, que ha recalcado que con esta iniciativa «no queremos crear ningún tipo de enfrentamiento ni disputa con nuestros buenos amigos y buenos vecinos de Blanca», dice que se trata de un asunto que colea desde hace casi 300 años y que «es necesario aclarar para resolver innumerables asuntos burocráticos del día a día». Para el investigador, «la delimitación que se realizó a finales del siglo XIX aparece como provisional en el mapa cartográfico nacional, por lo es necesario revisarla ya que cuando se redactó sobre el terreno no comparecieron los representantes de Blanca y Ricote». Mucho antes, en 1739 una sentencia «daba parcialmente la razón al Consistorio de Ricote, pero el veredicto no dejó satisfecho a ninguno de los dos pueblos, pues negaba la posesión de tierras a Abarán y Blanca en la margen derecha del río Segura, y por lo tanto, el asunto era susceptible de generar conflictos interterritoriales entre los pueblos implicados».

En su libro, Avilés señala que el proceso se cerró de forma extraña «porque el límite con Blanca quedó sin definir». Afirma que «entre 1729, fecha del primer documento, y 1916, fecha del último, Ricote, Abarán y Blanca consumieron buena parte de sus bienes en un interminable pleito que primero se intentó resolver por acuerdo de las partes, más adelante, y ante la imposibilidad del mismo, se trasladó al Real Consejo de las Órdenes, cuya sentencia fue apelada ante el Tribunal de Comisiones, y que terminó en la Real Chancillería de Granada. Se trataba de dirimir la posesión, que no la propiedad, sobre las tierras que cada parte reclamaba como integrantes de su término». Casi 300 años después, las cosas siguen prácticamente igual.