Bajo el lema 'Cinco años de incertidumbre y sin soluciones', la Plataforma de Afectados por las Inundaciones que se registraron en Lorca y Puerto Lumbreras el 28 de septiembre de 2012, varias decenas de personas participaron ayer en una marcha-concentración con el objetivo de mantener viva la llama de lo ocurrido y seguir exigiendo a las administraciones competentes que se ejecuten las obras que sean necesarias para evitar nuevas catástrofes.

El acto consistió en un recorrido a pie de unos 800 metros de longitud y la lectura de un manifiesto con las principales reivindicaciones.

La Plataforma está integrada por las asociaciones de vecinos de Campillo, Torrecilla, Cazalla, Purias y Riopar. Los afectados consideran que la autovía Lorca-Aguilas y la línea del ferrocarril siguen actuando como barrera, permitiendo el embalsamiento de agua en la zona cada vez que se produce una acumulación de agua, aunque no sea como en la riada de San Wenceslao. De hecho, el pasado mes de diciembre la situación se complicó de forma considerable.

Aunque reconocen que se han tomado algunas medidas, consideran que «aún queda mucho por hacer», según el presidente de la asociación de vecinos de Campillo, Joaquín Giner. Al final de la marcha se dio lectura a un manifiesto con las reivindicaciones que siguen pendientes.

La marcha se llevó a cabo entre el tramo de los puentes de la autovía Lorca-Aguilas hasta el puente El Vao, ida y vuelta. En concreto, el acto se realizó en el tramo del cauce de rambla comprendido entre los puentes que atraviesan la autovía Lorca-Aguilas (RM-11) y el puente El Vao (RM-621).

«A día de hoy», señaló Giner, «estamos igual que hace cinco años, por no decir peor». La solución al problema, según Giner, pasa por canalizar el agua hasta la rambla de Biznaga, porque «es el único punto por donde el agua puede salir hacia el río Guadalentín y para eso hay que canalizarla a través del Puente el Vao y los puentes que atraviesan la autovía Lorca-Aguilas y no existe otra alternativa».

Giner recuerda que tanto Campillo como Torrecilla, las pedanías más afectadas, «son zonas muy pobladas de viviendas, unas viviendas que alguien habrá autorizado su construcción», añadiendo que «no están en juego los cultivos sino la vida de muchas personas». Según el representante vecinal, «cada vez que nos anuncian una alerta estamos en un sin vivir y así no podemos estar toda la vida, tienen que darle una solución a esto». Consideran que existe mucha lentitud a la hora de hacer actuaciones «y las pocas que hacen son perjudiciales, como ha sido la extracción de arena en la rambla de Béjar», según indicó el presidente de la asociación de vecinos de Campillo.