Corrían los años 50 del pasado siglo XX cuando José Antonio Gómez, apodado en Abarán el 'Tío Pajero', recibió como regalo de parte de los frailes de un convento madrileño dos muñecos de cartón. Los religiosos le pagaron de esta forma la fruta que el abaranero les llevaba todos los veranos. Para darles utilidad a aquellos dos 'gigantes', Gómez se inventó un desfile por las calles del pueblo coincidiendo con las fiestas patronales en honor a los Santos Médicos, San Cosme y San Damián.

Aquello se perdió en el tiempo pero en 1999 un grupo de amigos decidió rescatar la tradición y para ello creó la asociación El Tío Pajero, que no ha hecho más que crecer hasta estos días y ha convertido el Encuentro de Gigantes y Cabezudos en una gran fiesta a la que acuden miles de vecinos y visitantes.

Más de 5.000 personas inundaron ayer las calles y plazas de la localidad de la Vega Alta mientras los corazones de los más pequeños se llenaban de magia e ilusión y los adultos retornaban por unas horas a su más tierna infancia. Fue el XVIII encuentro que congregó a los asociaciones de gigantes y cabezudos de la Barriada de la Virgen del Oro, Estación de Blanca, Novelda, Monovar, Petrel, Cehegín, Santa Pola y los anfitriones.

Las comparsas se reunieron a mediodía en la Plaza Vieja, donde se procedió al nombramiento de Gigantero de Honor, que recayó en el magistrado abaranero Juan José Hurtado Yelo. Después comenzó el desfile por las calles del pueblo para llegar a la Era, donde quedaron expuestos todos los gigantes y cabezudos. Tras ello, reanudaron la marcha para concluir en el Paseo de la Ermita. Presidieron el cortejo el alcalde de Abarán, Jesús Molina, el Gigantero de Honor y el presidente honorifico y creador del Grupo Europa, Miguel López.