La romería de la Virgen de la Consolación puso ayer el punto final a las fiestas de Molina de Segura con el regreso de la patrona a su ermita. Centenares de molinenses y fieles que llegaron a la localidad desde distintos puntos de la Región participaron en el cortejo en el que la Virgen fue la portadora del bastón de mando del Ayuntamiento por segundo día consecutivo. Las fiestas se despiden también con un gran éxito del mercado medieval, en el que miles de personas han disfrutado comprando sus artículos y con sus espectáculos.