Vivir entre dos fronteras se ha convertido para los habitantes de las pedanías altas de Moratalla en vivir en tierra de nadie. Más de trescientos vecinos se concentraban ayer por la mañana en el cruce que conecta Tazona con Benizar para reclamar el arreglo de varias carreteras de la zona, que se encuentran en «un estado lamentable».

La presidenta de la asociación de vecinos de Benizar, Ana Rosa Moreno, recordó que llevan «más de veinte años reivindicando el arreglo de la vía», poniendo de manifiesto que quieren «que las administraciones se pongan de acuerdo y sean capaces de arreglar la carretera, que cada vez esta más peligrosa». También reclamaron el arreglo de la carretera que conecta Benizar con Otos y Casa Requena.

Además, según explicó Moreno, «aunque en invierno somos en Benizar unos 1.000 vecinos, esta cantidad se multiplica los fines de semana y en verano, no solo por la población que poco a poco se ha ido marchando, sino por el turismo rural que tiene la zona». A este respecto Moreno puntualizó: «Si no ofrecemos unos servicios mínimos a ese turismo, los establecimientos tendrán que ir cerrando y entonces de qué vamos a vivir».

Las calzadas en cuestión son los tres primeros kilómetros de la vía B-30, que conecta la pedanía de Moratalla con el cruce de la CM-3217 Tazona, un tramo que está dentro del término municipal de Socovos en Albacete, lo que está haciendo más complicado su arreglo; así como el tramo que une Benizar con Otos, Mazuza y Casa Requena, dentro del término de Moratalla.

En la protesta estuvieron presentes responsables de IU de Murcia y Moratalla, como la exalcaldesa Candi Marín, así como la diputada de Podemos Mari Ángeles García.

En julio de 2015 se inauguró un tramo de unos tres kilómetros de la B-30, que amplió la plataforma.