El primero de los Encierros de Calasparra resultó ser una carrera complicada y muy peligrosa. Los novillos de Monteviejo causaron dos heridos, uno de ellos por asta de toro y que quedó en estado grave, según los últimos datos conocidos al cierre de esta edición.

Uno de los novillos se adelantaba al resto de la manada durante los primeros compases de la carrera y corría pegado al vallado de protección perimetral, buscando los pies de todos los corredores. A mitad del recorrido, a la altura de la calle Tejera, corneó a un hombre, natural de Molina de Segura. El herido, cuyas iniciales responden a M. E. M. Z. -de 49 años-, fue atendido por una cornada por asta de toro en el lateral del glúteo derecho, que le había alcanzado la parte posterior del riñón, provocándole daños en el glúteo y parte posterior de los riñones. Aunque, por suerte, no llegaba a dañar este órgano vital, la importante cornada le abrió una herida con dos trayectorias, de unos 40 centímetros en dirección a los riñones y otra de unos 10 en dirección al muslo, según indicaba el doctor Robles, cirujano de la plaza de toros.

El herido, que estuvo consciente en todo momento, era trasladado, nada más terminar la intervención, de urgencia al Hospital La Vega de Murcia.

El segundo de los heridos era un pastor que sufrió una caída durante el encierro. Se trata del calasparreño Óscar Pérez Ruiz, de 38 años, presidente de la Asociación de Corredores y Aficionados a los Encierros Taurinos de Calasparra.

El encierro tuvo una duración de 2 minutos y 40 segundos hasta la plaza de toros.

Jolgorio en la ciudad

Las calles de Calasparra se llenaron de gente con ganas de presenciar el primero de los grandes encierros taurinos. La gran expectación y el animado ambiente colapsaron el centro del municipio del arroz y abarrotaba de propios y visitantes las calles en una jornada que arrancó con el paseo por el recorrido de la Comisión de los Encierros, encabezada por el alcalde del municipio, José Vélez, y con parada en la plaza de la Constitución, donde depositaron en una hornacina una imagen de la Virgen de la Esperanza.