El próximo 5 o 6 de septiembre (la fecha no es concreta del todo) se cumple el 300 aniversario del fallecimiento de Fray Pedro Jesús Botía, el fraile franciscano y vidente de la imagen del Niño Jesús de Mula en el paraje del Balate cuando era niño y pastoreaba por el lugar donde se mantiene actualmente la ermita del Niño.

Fray Pedro fallecía en el Real Monasterio de la Encarnación en 1717 a la edad de 84 años y sus restos eran localizados hace tan sólo unos años, en 2008, durante unas obras en la iglesia del convento donde actualmente están expuestos. El Ayuntamiento de Mula, en conmemoración del aniversario del fallecimiento de Fray Pedro, organiza una serie de conferencias que tendrán lugar el próximo mes de octubre.

El cronista oficial de Mula, Juan González, el arqueólogo municipal José Antonio Zapata, el médico José Alonso Ruiz, el radiólogo Matías Pérez y las propias hermanas clarisas fueron las personas implicadas en el hallazgo y determinación de que los restos encontrados durante unas obras en el pavimento de la iglesia pertenecían al vidente del Niño.

Según relata el libro de Matías Pérez donde se desglosan todas las pruebas que certificaron que los restos pertenecían a Fray Pedro, se localizaron una serie de huesos, entre los que se encontraban el esqueleto de un fraile y la momia de un sacerdote. Se realizaron diversidad de pruebas y se extrajeron restos de ADN que -junto con la forma en que se encontraba enterrado el esqueleto, una malformación en uno de los brazos y diversos aspectos médicos- determinaron que los restos pertenecían al fraile.

Fray Pedro Jesús nacía en 1633 y a causa de una epidemia de peste quedó huérfano, lo que le llevó a refugiarse en el paraje del Balate junto a miembros de su familia. Allí pastoreaba las ovejas y fue en ese mismo paraje donde tuvo la aparición del Niño Jesús, un hecho que no contó hasta años después. En 1652 ingresaba en el convento de los franciscanos de Orihuela. Después estuvo en San Ginés de la Jara, donde partió para recorrer los Santos Lugares como Roma, Asís y las basílicas de Santa María de los Ángeles y de San Francisco. En uno de esos conventos se le volvió a aparecer el Niño quién le pidió que regresara a España, donde coincidió con el conde de Lemus y que fue quien le introdujo en la corte. Fundó el Real Monasterio de la Encarnación de Mula bajo la protección de don Juan de Austria y fue en ese convento donde pasó sus últimos días hasta que falleció hace ahora 300 años.

La historia de Fray Botía está enormemente ligada a la figura del Niño Jesús del Balate. Una obra anónima que se encuentra en la ermita del Niño muestra el momento de la aparición y un busto frente a la iglesia recuerda a visitantes y devotos la memoria del fraile a quien se le apareció la imagen del hermoso Niño.