Un año más, el pueblo de Librilla cumple con su histórica tradición de lanzar desde los balcones del Ayuntamiento los panecillos elaborados con los donativos de sus vecinos (las pitanzas). El día en Librilla comienza desde primeras horas de la mañana con «la recogida de la harina» por las calles del pueblo, al compás de la banda de música junto a miembros de la Comisión de Fiestas. Tal vez de ahí nace el dicho de que «quien guarda una pitanza no pasará hambre en todo el año».

El acto del lanzamiento de pitanzas comenzará a las nueve de la noche en la Plaza del Ayuntamiento, en la que se congregan miles de personas. La primera pitanza se lanza por los Pitanceros de Honor, nombramiento que este año ha recaído en los socios fundadores de la empresa librillana Gestiriego.