Los encontró una patrulla de la Guardia Civil de casualidad. Ni siquiera hizo falta avisar al 112 para que mandase una ambulancia: estaba claro que estaban muertos. El macabro hallazgo se producía el miércoles por la noche, en una rotonda del Polígono Industrial de Totana. La patrulla de la Benemérita se acercó al ver un coche sospechoso, que estaba aparcado allí. Cuando los agentes miraron, para ver qué hacían esas personas en ese lugar a aquellas horas, descubrieron que los dos ocupantes del vehículo estaban muertos.

Se trata de un hombre y una mujer, que habían sido pareja. Mediana edad. Ella, 48 años y en proceso de separación de su actual marido, que se enteró de la muerte de la mujer esta misma mañana y quedó conmocionado. Presentaban impactos de bala. La primera hipótesis es que el hombre acabó con la vida de la mujer y posteriormente se suicidó, empleando la misma arma de fuego.

La patrulla del Servicio de Prevención de Seguridad Ciudadana que los encontró dio el aviso, y al lugar se desplazaron más efectivos del Instituto Armado. El juez de guardia autorizó el levantamiento de los cuerpos y estos fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal, en Murcia, donde se les practica la autopsia.

El turismo en el cual se hallaron los cadáveres permanecía estacionado en las inmediaciones de la rotonda de Luis Cánovas.

El presunto homicida empleó un arma corta. Según las primeras hipótesis, habría disparado primero a ella y a continuación se habría quitado la vida con la misma pistola.

Fuentes cercanas explicaron que la mujer, que residía en la localidad lorquina de Cazalla, se encontraba en proceso de separación de su anterior pareja. Tenía tres hijos de aquella relación.

El pedáneo de Cazalla, Juan José Montiel, indicó que la noticia ha caído «como un jarro de agua fría» en el pueblo, donde la víctima muy conocida y querida.

Está previsto que el cuerpo de la mujer llegue mañana al tanatorio, donde se instalará la capilla ardiente.

Si se confirma la hipótesis de la violencia de género, sería el segundo caso que vive la Región en pocos meses. El primero se dio en la localidad de Molina de Segura, donde una joven de 31 años, Beatriz Ros, moría a manos de un compañero de trabajo.

La mujer pidió ayuda a la Guardia Civil para que su exnovio no la llamara tanto

La mujer hallada muerta acudió el 13 de julio a la Guardia Civil para que mediara con su exnovio y éste dejara de llamarla tanto, aunque no quiso denunciarle ni por acoso ni violencia física o psíquica.