Gracias a «pequeñas aportaciones» de fieles. Así ha sido cómo la comunidad islámica de Alhama de Murcia ha conseguido adquirir un local en el que habilitar un lugar de culto. Tienen todos los permisos legales, pero tienen también la oposición prácticamente en bloque de los vecinos de Las Filipinas, que es el barrio en el que está ubicado el local.

El alcalde de la localidad, Diego Conesa, salió ayer al paso de la polémica y apostaba por el diálogo. «Puedo entender las inquietudes de los vecinos, porque visualizan amenazas con las que tengo que empatizar y dar una solución», indicó el regidor.

En este sentido, hizo hincapié en que «un alcalde tiene que trabajar por la convivencia entre sus vecinos». «Me he limitado a escucharlos», subrayó.

Conesa remarcó que «cualquier asociación puede comprar un local, y tiene que cumplir con una serie de requisitos». En este caso, los musulmanes los cumplen, por lo que «el Ayuntamiento no puede denegar la autorización» para ubicar en el local una mezquita. «Nos hemos ofrecido a buscar elementos de entendimiento, para ver las posibilidades que hay», repitió, a lo que añadió que es importante «hablar con todos los afectados».

Por eso mañana, sábado, mantendrá una reunión con representantes de la comunidad islámica de Alhama, y el domingo lo hará con los vecinos de Las Filipinas que se han levantado en pie de guerra contra el emplazamiento de la mezquita.

El primer edil apuntó que muchos musulmanes «han nacido en nuestro pueblo, aunque sus padres sean de otros países». Aseveró que muchos tienen «madres analfabetas» y que «si no trabajamos», estos vecinos, ahora niños, «serán carne de cañón cuando tengan 15 ó 16 años».

Conesa dejó claro que los musulmanes han comprado el local, dado que «muchas personas por la calle me dicen: ´Tú, alcalde, ¿le vas a hacer una mezquita a los moros?´». Animó, además, a la gente a librarse de sus prejuicios.

Por su parte, el portavoz de la Unión de Comunidades Islámicas de Murcia, Mohamed Reda el-Qady, dijo sobre la polémica en Alhama que «no es nada nuevo».

«Mucha gente está en contra de tener un lugar de culto ajeno al católico», sentenció, algo que achaca a «prejuicios y miedo, no sé de qué», pues «tener un sitio propio para nosotros no perjudica a nadie». A este respecto, aseguró que «en las misas de las iglesias, hay algunos curas que llaman la atención a sus feligreses y les dicen que por los musulmanes está peligrando la tranquilidad católica».

Mohamed Reda el-Qady lamentó que esté ocurriendo esto «en vez de intentar conocernos y ver lo que nos une, en vez de lo que nos separa».

De esta manera, pidió a los cristianos «que se acerquen un poco, para conocernos como personas», y recordó que «las tres religiones, judía, católica y musulmana, tienen la misma base».