«El que lo ha hecho, que dé con los huesos en la cárcel. Que ahí poco va a quemar». Es lo que le deseaba el viernes por la tarde el alcalde de Calasparra, José Vélez, a «la persona, por llamarla de alguna manera» que prendía fuego al cerro de San Miguel.

El regidor lamentaba entonces la pérdida de «una pinada preciosa» que suponía «uno de los pulmones más importantes» de la zona. Apuntaba que, como el helicóptero movilizado no puede volar de noche, asumía ya entonces que ardería todo el cerro.

El primer edil volvía a mostrar ayer su esperanza de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado atrapen cuanto antes al responsable de este desastre. «Deseándolo estamos», expresó. Asimismo, Vélez reveló que podría haber testigos de lo sucedido, ya que «algunas personas que en aquel momento pasaban por allí, porque es una zona muy de pasear, escucharon unas pequeñas explosiones». «Les extrañó y enseguida empezaron a ver el humo», apuntó la primera autoridad municipal.

Sobre el desalojo de las viviendas que se produjo por precaución, el regidor señaló que se trataba de segundas residencias, por lo que apenas había personas en el momento de la emergencia. «Todo está perfecto», subrayó Vélez, pendiente desde el principio de la alarma.

En cuanto al origen de este incendio, fuentes cercanas apuntaron que la persona que lo provocó empleó artefactos incendiarios con algún tipo de retardo. Se trata de un sistema que ha sido utilizado en anteriores ocasiones por pirómanos en esta Región.

Mientras tanto, los especialistas del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de la Región de Murcia siguen investigando para tratar de dar con el responsable de este suceso. En la noche de ayer, brigadas se quedaron cercando la zona, a modo de precaución.