El Festival Aéreo de Gijón ha cerrado su edición número doce tras casi dos horas y media de espectáculo. La evolución de las 34 aeronaves, desde aviones militares a equipos de servicio y avionetas de recreo, ha estado acompañada de un gran día de playa, lo que ha favorecido que una multitud se diera cita en la playa de San Lorenzo y todas las zonas posibles de la costa gijonesa, incuída la Campa Torres.

La Patrulla Águila fue la encargada de la despedida, con su estela rojigualda, que le puso el colorido al cielo gijonés.

Los participantes de la Fuerza Aérea Suiza se llevaron, por la novedad, los mayores elogios, aunque hubo aplausos para todos y saludos desde el cielo, como los dirigidos por los tripulantes del Helimer Cantábrico del equipo de Salvamento Marítimo, o los que protagonizó el piloto acrobático, uno de los mejores de Europa, Jorge Macías. Con los colores de la bandera de España comenzó -gracias a la aportación de los paracaidistas de la patrulla PAPEA- y terminó -con la Patrulla Águila- la cita anual del festival áereo gijonés.