La centenaria olmeda del Maripinar, una de las más importantes de Europa y que se libró a finales del pasado siglo XX de la gran plaga de grafiósis que exterminó gran cantidad de olmos en toda España, corre estos días un grave peligro por culpa de la ´galeruca´, otro insecto que se come las hojas y que deja al árbol sin oxígeno suficiente como para sobrevivir.

Las redes sociales echan humo estos días alertando del mal estado de la olmeda, situada junto al río Segura en la carretera comarcal que une Cieza con el municipio de Mula. Aunque desde el Ayuntamiento se ha explicado que se trata de una situación que se repite todos los años y que los olmos volverán a un buen estado sanitario en unas semanas, en cuanto pase la plaga, los vecinos no entienden el porqué de haber dado lugar a esta situación.

Más lejos ha llegado el PP de Cieza, que ha denunciado los hechos extrañándose de que ni ecologistas ni los partidos ´más verdes´ que conforman el tripartito que gobierna en la ciudad (en clara referencia a IU) «hayan movido ficha» para intentar frenar la plaga.

Los populares hablan de ´estado crítico´ el que desde hace meses se vienen observando tanto en la olmeda del Maripinar como en la de Ascoy, un deterioro que, según el PP, «se ha producido por una clara despreocupación del Gobierno municipal».

Según el PP, el deterioro de estos ejemplares de más de cien años «es muy preocupante, se han quedado muy debilitados, y al amparo de otras posibles enfermedades, como la grafiosis», dice.

Para el PP, el Gobierno Municipal «tiene la obligación de velar por la correcta conservación de nuestro medio natural, y esta dejadez es lamentable».

El edil de Medioambiente de Cieza, el socialista Antonio Moya, dice que este caso, por la titularidad, la catalogación, la problemática y la ubicación de los ejemplares «corresponde a la Dirección General de Medio Natural el acometer las actuaciones correspondientes, como así se ha hecho otros años, sobre todo en cuanto a la estabilización biomecánica».

Para el edil, hay que tener en cuenta que si bien «la presencia de la plaga genera un efecto visual importante, los impactos son más estéticos que de otro tipo, pues el debilitamiento que genera es transitorio, como así demuestra el hecho de que son episodios cíclicos que se han dado en otros años y sobre los que se han realizado las mismas gestiones que este año, poner en conocimiento del organismo competente».

Según el concejal, lo que sí que supone un problema importante «es el riesgo biomecánico de los ejemplares, como así lo demuestra las caídas de ramas que se han producido durante los últimos años». Afortunadamente, sin consecuencias personales.