Han vivido una odisea que esperan quede pronto en un mal recuerdo. Un total de 49 personas, tres de ellas menores de edad, han dormido tres noches al raso en un paraje de la localidad de Librilla, junto a la carretera, después de que el autobús en el que viajaban les dejase literalmente tiradas tras sufrir una avería.

En concreto, los pasajeros partieron desde Marruecos con destino a Italia. El vehículo cruzó el Paso de Estrecho, en Algeciras, y tenía previsto pasar por la Región. Fue aquí cuando sufrió un problema técnico y quedó parado. Sin embargo, a los viajeros no se les dio opción. En la tarde de ayer seguían esperando en Librilla.

El propietario de un hotel cercano, el Entresierras, les proporciona cobijo en un patio del establecimiento y les da víveres, pero, después de 72 horas, comienzan los problemas, tanto de higiene como de desabastecimiento. También se le ha dado alojamiento a los niños.

Se trata de trabajadores magrebíes que viven en Italia. La mayoría de ellos son hombres. El bus, por suerte, se averió a pocos kilómetros del hotel, que ha sido su refugio y su salvación. Aunque estas tres noches han dormido en la puerta. El hotel tiene 60 habitaciones disponibles.

Al lugar acudieron este jueves por la tarde responsables de Protección Civil, que pidieron al hotel presupuesto para que estas personas duerman en el establecimiento por noche. Según explicaron los afectados, ayer estaba previsto que llegase el cónsul de Marruecos al lugar. Es lo que les dijeron las autoridades.

Los viajeros ´varados´ recibieron ayer a LA OPINIÓN recostados bajo un árbol de la puerta del hotel. Allí apenas cuentan con sus equipajes de mano. «No tenemos comida ni bebida, no nos podemos cambiar la ropa», aseguran los afectados, que hablan italiano y chapurrean español.

Las maletas se quedaron metidas en el bus. Esperan no tener problemas para recuperarlas, una vez lleguen a su destino. Una grúa llevó el vehículo averiado hasta Murcia, cuentan.

La empresa del autobús es italiana. Ellos llevan sus billetes. Y esperan poder volver a casa en breve. Algunos a Roma, otros a Nápoles. Allí trabajan durante el año. «La empresa nos ha dicho que nos busquemos la vida», denuncian, abatidos sobre el césped.

Sus ´ángeles de la guarda´, en el hotel

  • A la mala suerte de que se les rompiera el autobús se unió la fortuna de que lo hiciese cerca del Entresierras, un hotel al que se llega desde Murcia por la salida 585 de la A-7. Allí llegaron, buscando refugio, los pasajeros. Y allí encontraron un oasis donde no les faltó agua, cobijo y comida. Enzo Karstulovic, gerente del hotel Entresierras, se implicó desde el primer momento con sus inesperados huéspedes.
  • Aunque no se pudo alojar a todos en habitaciones, se les dispensó alimento y se les permitió pernoctar en el patio interior del establecimiento. Se da la circunstancia, además, de que empleados del establecimiento hotelero hablan árabe, con lo cual pueden comunicarse sin problema con los pasajeros. Aunque esperan salir pronto de allí, y llegar a casa, el Entresierras les ha salvado tras el percance.