En el año 1985, un grupo de jóvenes unidos por la ambición de conservar nuestro entorno natural y ligados a la Organización Juvenil Española -OJE- de Cieza decidieron 'echarse al río' para cumplir con un viejo deseo: encumbrar el descenso del Cañón de Almadenes utilizando como única herramienta una rústica embarcación fabricada por ellos mismos. Aquellos chicos se sintieron atraídos por la noticia de que esta parte del Segura nunca había sido descendida en su totalidad por nadie, y coincidiendo con las informaciones aparecidas en los medios referentes a que el gobierno planeaba desviar el cauce natural del río entubándolo desde Calasparra, la mañana del 8 de junio, se embarcaron en tan original y a la vez peligrosa tarea Cristóbal Herrera, José Luis Saorín (Capi), José Buitrago (Algarrobo), Jesús Bernal (Zabalza), José Buitrago (El Buitre) y José Camacho (El Negro).

Ellos mismos fueron los que simbólicamente concluyeron este sábado con una etapa que ha durado 31 años, más de tres décadas de lucha entre el hombre y las aguas bravas de un río Segura que alcanza en Almadenes una furia que camina paralela a su belleza. Fue una tarde noche la del sábado llena de emociones, de llantos, de añoranzas, pero también para mirar adelante. Una jornada completa de recuerdos y también de reconocimientos, que contó con la asistencia de Teodoro García, diputado nacional del PP y 'cañonero' en algunas ediciones; el alcalde de Cieza, Pascual Lucas; el consejero de Turismo, Cultura y Medio Ambiente, Javier Celdrán, y los presidentes nacional y regional de OJE, José Ignacio Fernández de Carranza y Sergio Haro.

Pocos detalles se le escaparon a OJE en un trabajo capitaneado por su actual coordinador, Pedro Ríos, a la hora de repartir reconocimientos. Desde los medios de comunicación hasta los patrocinadores, pasando por los 'cañoneros' más asiduos como por los más longevos. A la logística de los grupos de rescate que siempre han colaborado y hasta a los radioaficionados del Radio Club Charlie Mike y REMER, cuyos miembros fueron durante muchos años los auténticos 'ojos' del cañón para pedir ayuda al exterior en un determinado momento. Todos recibieron su pequeña estatuilla como recuerdo de un acontecimiento lúdico y deportivo. Tampoco faltó el recuerdo hacia Fernando Ortiz, el malogrado 'cañonero' que perdió la vida durante la edición de 2014.

Y mientras ello sucedía, se iban mostrando de manera coordinada las proyecciones de videos y fotografías de estos últimos 30 años. Tras los aplausos, llegó la hora de la despedida definitiva en el propio río Segura. Los seis fundadores recogieron la embarcación que había adornado el escenario del teatro durante el acto y marcharon rumbo al río, desde donde, a modo simbólico, navegaron durante unos metros hasta llegar a la playa del Arenal, donde definitivamente se descubrió un monolito con la frase 'Descenso Cañón de Almadenes. Adiós, viejo amigo'.