Tronaron ayer la campanas en Archena bien temprano, desgarrando el sueño de los miles de habitantes que en el día grande de las fiestas de uno de sus patrones, el Santísimo Corpus Christi, salieron a la calle para comprobar cómo visten el suelo de la localidad 25 alfombras de sales de colores y los distintos altares que adornaron el itinerario de la procesión, una de las pocas en el mundo que se celebra un jueves por la tarde y no en domingo, gracias a una bula papal de principios del siglo XX. Tanto los altares como las alfombras tradicionales de las fiestas patronales, que ocupan más de 1.600 metros de las principales calles archeneras, señalaban el camino desde la iglesia de San Juan Bautista hasta la del Corpus Christi-La Purísima, algunos de las cuales se fabricaron durante toda la noche anterior.

Una vez celebrada una eucaristía solemne por la mañana en la plaza del Príncipe por los párrocos de Archena y el vicario de la zona, y presidida por la alcaldesa de Archena, Patricia Fernández, junto al delegado de Defensa, José Ignacio Martí, se iniciaba el cortejo con los niños que han recibido su Primera Comunión acompañados de sus catequistas, a los que seguían los estandartes de las distintas cofradías procesionales de Semana Santa, las banderas de las secciones de la Adoración Nocturna, acompañadas también por la carroza que portaba al Santísimo. Numerosos feligreses le siguieron, con muchas 'manolas', con los sacerdotes oficiantes, las autoridades locales y militares, reinas y damas de las fiestas y la agrupación musical Santa Cecilia de Archena, que amenizó el trayecto con sus notas musicales.