La parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de La Hoya se moviliza para hacer frente a la deuda de alrededor de 30.000 euros que mantiene acumulada, con motivo de las obras de restauración del templo que se han llevado a cabo recientemente. Por esta razón, el párroco y los mayordomos han organizado una comida benéfica para recaudar fondos.

Hay que señalar también que la Diócesis de Cartagena ha contribuido en dichas obras con una importante cantidad, pero aún falta por pagar el resto, circunstancia a la que tendrán que hacer frente los feligreses con sus ingresos.

El encuentro se celebrará el 4 de junio en los salones de Antonia Navarro. El párroco, Kenneth Chukwuka Iloabuchi, pretende aprovechar la ocasión para llevar a cabo la primera convivencia de la feligresía que se va a realizar desde que se constituyó la parroquia, hace ahora 50 años, con Pedro Pelegrín Navarro como el primer sacerdote que permaneció durante más de una década al frente de la misma y al que la Asociación de Vecinos, medio siglo después, le va a rendir un nuevo homenaje el próximo 23 de junio. Las entradas para acudir al acto se pueden recoger en la propia parroquia.

Un pilar fundamental de la parroquia han sido siempre sus mayordomos, parejas de matrimonios del pueblo que por espacio de dos años dedican parte de su vida al servicio a los demás y a colaborar con el párroco en las actividades religiosas que se organizan al cabo del año en una población que supera ya los 4.000 habitantes.

La figura del mayordomo y mayordoma existía ya, incluso antes de que en La Hoya se constituyese la parroquia. Lo que también pretende el padre Kenneth es poder reunir, primero en una misa a las 12 horas y a continuación en torno a la mesa, a todas las personas vivas que hayan tenido esa responsabilidad y se encuentren en condiciones de acudir al acto en el que recibirán un merecido y sencillo homenaje de reconocimiento por la labor desempeñada y el servicio desinteresado que han prestado a sus vecinos sin recibir nada a cambio. Se calcula que los mayordomos de mayor edad que siguen vivos pueden rondar los 90 años.

Para aquellas personas que no puedan asistir el día 4 de junio, se ha establecido una Fila 0 a través de la cual se puede contribuir económicamente con la causa, dado que con los beneficios de ese día solamente, resulta imposible hacer frente a la deuda en su totalidad y se necesita más dinero para ello.

El padre Kenneth y los mayordomos entienden que el acto de convivencia del día 4 de junio es muy importante por dos cuestiones fundamentales. Por un lado, el hecho de compartir durante unas horas los sentimientos y recuerdos de más de cien años de tradición y, por otro, contribuir a la financiación de la parroquia.