Hilos de cera caliente recorriendo curvas cerradas, cremalleras apretadas, chats de novios y novias en WhatsApp cerrados a cal y canto, y cuero, mucho cuero. Una reivindicación de que lo prohibido sea libre; que lo erótico, el placer, el sexo, el porno y cuantas manifestaciones tenga un cuerpo desnudo frente a otros tengan una visibilización mayor que la tónica que gobierna, una ausencia del disfrute para todos nuestros sentidos.

Una escena de sexo explícito a cuatro patas con una canción de Nicky Jam de fondo, el vibrador líquido como producto estrella y un culto al cuerpo convertido en decenas de espectáculos, la sexta edición del Salón Erótico de Murcia abrió sus puertas ayer en el Palacio de Ferias y Exposiciones Ifepa de Torre Pacheco con centenares de asistentes. Un público desinhibido y decidido apareció desde el mediodía por los stands del Salón, abiertos a cualquier consejo o con la mirada puesta en alguno de los miles de productos sexuales que estaban a la venta.

«Quien llega aquí es porque quiere darle una nueva vertiente a sus relaciones para que no se estanquen, buscan darle más morbo», explica una de las organizadoras de un stand de productos para el sadomasoquista. «Tenemos un público adulto, con parejas, que no es muy especializado y que a veces llegan con algo de miedo, pero se atreven a probar cosas nuevas. El público joven es más abierto pero está contaminado por unas ideas que absorben de Internet, que incluso se puede considerar maltrato, y también de películas como Cincuenta sombras de Grey».

Los organizadores explican que todo lo que se difunde en el Salón es para generar placer y fomentar una seguridad en torno a unas temáticas a veces complejas. «Explicamos las funciones de cada juguete sexual por el que nos preguntan, porque es lo que más se vende (dildos, huevos, vibradores, correas, cuerdas o ´butt plug´ con colas de animales)». Potros de cuero por 400 euros, jaulas, cruces, máscaras de latex, látigos o fustas por 45 euros son algunos de los muebles y objetos de placer que se ponen a la venta de cara a un público «pudiente», pero no acostumbrado a adentrarse en un mundo que tiene extremo blanco y «extremo negro muy oscuro», explica una integrante del ´staff´.

Una de las novedades fueron las nuevas y mediáticas muñecas ´pornstar´, flexibles y «fáciles de manipular», con calor y sonido, desde 1,40 a 1,70 metros de altura. «Tienen un gran éxito, son caras porque pueden llegar a 2.500 euros, pero es la élite de las muñecas de juguete», explica su vendedor.

Terapias sexuales

Entre espectáculos con espontáneos dispuestos a todo y shows subidos de tono, la concienciación y sensibilización de ciertos colectivos estuvo presente en el Salón Erótico, con asociaciones en defensa de los derechos de las personas LTGBI y trabajadores sexuales. Por su parte, el Instituto Sexológico de Murcia ofrecía consultas sobre problemas sexuales a quienes lo demandaran. Según la institución, cada edición atienden cerca de 100 peticiones.