Una decena de vecinos de una urbanización de La Manga, en su gran mayoría ancianos, tienen que abandonar unos apartamentos vacacionales en los que viven durante todo el año. Su desalojo está motivado por el riesgo que hay a que se descuelguen los balcones. El bloque donde habitan, llamado 'Euromanga I', tiene un centenar de pequeños estudios, de unos 35 metros cuadrados cada uno. El valor de mercado de cada piso ronda los 35.000 euros. Está situado en el kilómetro 6, en el municipio de San Javier, frente al hotel Doblemar. Fue construido en los años 70. Tiene un diseño similar al del edificio 'Mónaco', ubicado al lado de éste. El pasado 24 de diciembre un balcón se descolgó en el 'Mónaco', provocando con su caída el derrumbe de otras tres terrazas. El 'Mónaco' está ahora deshabitado, ya que se está restaurando.

Por su parte, el arquitecto municipal ha emitido un informe que certifica el mal estado del inmueble. Dicho dictamen se ha producido a solicitud de la propia comunidad de propietarios del bloque, con quien LA OPINIÓN trató ayer de hablar, sin éxito. El análisis pone de manifiesto, textualmente, «el proceso de carbonatación que está afectando al hormigón armado del edificio, y su estructura, con una clara corrosión que agrieta el hormigón, afectando de forma muy negativa a la estabilidad estructural del mismo».

Los vecinos afectados explican que, antes del desplome de los balcones en el 'Mónaco', ya iniciaron ellos unas obras de rehabilitación, presupuestadas en casi 150.000 euros. Esto fue antes del verano pasado. Dicha mejora se encuentra ahora parada. Los habitantes informan de que, a raíz del incidente en el edificio 'gemelo', la comunidad de propietarios decidió pedir un informe, sobre el estado del 'Euromanga I,' al mismo arquitecto que está efectuando la rehabilitación del 'Mónaco'. Éste, explican, cifra el montante total del proyecto de recuperación del 'Euromanga I' en un millón de euros.

Los vecinos se oponen a hacer frente a una segunda derrama. Esta vez, de más de 10.000 euros por casa. Creen que su edificio «está en perfecto estado». Además, añaden que pueden reformarlo y garantizar la seguridad de la estructura con la primera empresa que contrataron, que es mucho más barata que la del arquitecto que tiene ahora mismo apuntalado el 'Mónaco'.

El Consistorio obliga a los habitantes a desalojar sus casas, y ordena precintar el inmueble. Los propietarios tienen un plazo de dos meses para presentar un certificado en el que un técnico garantice la seguridad y estabilidad de la estructura. Mientras tanto, expone la Administración local, el bloque de apartamentos tiene que clausurarse. La Policía Local notificó ayer por escrito a los vecinos. Pese a ello, los diez residentes que viven allí todo el año durmieron anoche en sus casas, ya que se negaron a marcharse. Si no abandonan sus viviendas, el Ayuntamiento de San Javier les amenaza con echarles a la fuerza e, incluso, multarles. Servicios Sociales se comprometió ayer a encontrarle otra vivienda a quienes no tengan adónde ir.